Llúcia Pujol (1940) acaba de ceder el testigo de la Óptica Gantzer a su hija, Gemma López. A partir de ahora se encargará de construir un museo que no solo reflejará la historia del establecimiento, que funciona desde 1910, sino de toda la óptica en general.
Llúcia Pujol: “Quiero un museo para contar la historia de Óptica Gantzer y, de paso, mostrar la evolución de la profesión del óptico”
Las piezas que formarán parte del museo datan de las primeras décadas del siglo XX, cuando Jean Gantzer puso en marcha el establecimiento en la primera planta de un edificio situado en la calle Badalona, en el barrio de Sants de Barcelona.
“Gantzer guardaba todo en unos armarios que estuvieron cerrados durante muchos años, y en la que he ido encontrando cosas muy curiosas”, explica Llúcia a Modaengafas.com.
Pregunta: ¿Qué es lo más raro que ha hallado en esos armarios?
Respuesta: Unos ojos. ¡Qué impresión!
P.: ¿Ojos de humanos?
R.: Sí, y no sé de dónde se los habrán sacado. Conozco que Gantzer colocaba ojos artificiales, pero esos aún no han aparecido.
P.: ¿Cómo son las monturas de 1910?
R.: Muchas ni siquiera tiene varillas. Hay gafas hechas con astas de buey y unas que tienen una malla en los ojos, porque eran las que utilizaban los picapedreros.
P.: Supongo que el museo también servirá para saber cómo ha sido la evolución de la óptica.
R.: Sí, porque hay maquinaria muy antigua, como un refractómetro subjetivo y un centrador. También tenemos los primeros modelos del oftalmómetro de Javal. Ahora ya he limpiado el cuarto de graduación, donde tenemos un sinfín de gafas de graduar antiguas.
P.: ¿Qué le falta para poner en marcha el museo?
R.: Tiempo, porque aún sigo abriendo armarios que estaban cerrados desde hace más de 80 años y continuó encontrando más cosas.
El museo ocupará toda la primera planta del edificio de la calle Badalona, que es donde funcionó Óptica Gantzer hasta el 2000. A partir de ese año, el establecimiento está en la planta baja del inmueble.
Suscríbete a la newsletter de modaengafas.com