Lluís Bielsa: “No aprovechar el potencial del óptico en la sanidad pública es renunciar a una parte importante del saber hacer profesional”

Lluís Bielsa es todo un referente en la óptica, tanto por su profesionalidad como por su defensa de la profesión. De hecho, sus opiniones tienen mucha relevancia en un momento en que los ópticos-optometristas han endurecido su lucha por llegar a la sanidad pública, a pesar de la oposición de un grupo de oftalmólogos

Lluís Bielsa

Lluís Bielsa.

Por Jaime Cevallos - 16/04/2023
  • Facebook
  • Twitter
  • WhatsApp

Pregunta: ¿Cree que un psiquiatra se opondría a que un psicólogo forme parte de la sanidad pública?

Respuesta: Una pregunta interesante. El psicólogo clínico es un profesional de la salud, no médico pero con un perfil académico y profesional bien definido sobre sus competencias, aborda el estudio de las disfunciones mentales que no tienen una base patológica y, si las aborda, siempre es en conexión directa con el psiquiatra. Cuando el psicólogo detecta signos de sospecha que puedan hacer necesaria una intervención médica, ya sea farmacológica o quirúrgica, deriva al psiquiatra manteniendo la relación interprofesional. Por tanto, lo normal es que ambas actividades sean compatibles en beneficio del usuario de los servicios de salud.

P. A estas alturas no se entendería que un psiquiatra considerara un acto médico exclusivo evaluar a una persona con una disfunción mental de base no patológica, común a una parte cada vez más importante de la población.

R. Claro, en nuestro ámbito la mayor parte de disfunciones visuales no son patológicas, si fuera así todos los usuarios de gafas estaríamos enfermos. En perfiles de riesgo como las personas mayores, diabéticas, hipertensas, con miopías elevada, etc. la prevalencia de enfermedad ocular o de vías ópticas es mucho mayor. Lo incuestionable es que el óptico optometrista debe derivar al oftalmólogo frente a la mínima duda de sospecha de presencia de patología en la población general y, en los perfiles de riesgo, valorar si es necesario avanzar la visita periódica al oftalmólogo.

P. En la actualidad, el óptico-optometrista en España tiene una formación universitaria de la misma duración que el psicólogo, con postgrados, maestrías y doctorados. ¿Cómo se pretende argumentar que un óptico-optometrista no está preparado para cribar la sospecha de patología con el objeto de remitir al oftalmólogo? Un profesional con un mínimo de cuatro años de formación en ciencias de la visión, una parte importante con seis años y algunos hasta con ocho son una inversión del país para el país. Para formar “ayudantes” no hace falta tanta formación superior, para formar colaboradores y profesionales que descarguen la labor de otros, sí.

R. Exacto. Además, las universidades que amparan las Facultades de Óptica y Optometría en España son de un prestigio internacional reconocido, desde la Complutense de Madrid, la Politécnica de Cataluña, la de Alicante, Granada o Santiago, entre otras. No son precisamente la Universidad de Ciencias Místicas del Alto Orinoco, por lo que la formación académica de los ópticos optometristas es muy buena.

«Las universidades que amparan las Facultades de Óptica y Optometría en España son de un prestigio internacional reconocido»

R. ¿Qué opina de la posición de un grupo de oftalmólogos que respecto a que los ópticos-optometristas no formen parte integral de la atención primaria?

A menudo los conflictos provienen de una falta de comunicación real, atrincherarse implica no avanzar. Es cierto que se pueden mezclar distintas variables, sensibilidades y razones, pero creo que muchos oftalmólogos de la sanidad pública verían con buenos ojos esta opción. Destensar los servicios de oftalmología, aligerar listas de espera y disponer de más tiempo para dedicar a sus pacientes iría en beneficio de todos.

También creo que, tanto médicos oftalmólogos como ópticos-optometristas, deberíamos aunar nuestros esfuerzos contra los pseudoespecialistas visuales que promueven, fuera de la evidencia científica, la recuperación milagrosa de enfermedades y disfunciones visuales mediante ejercicios y esoterismos varios. No puede permitirse que algún Gurú proponga mirar al Sol y no pase nada, o que asegure tratar cualquier enfermedad o disfunción visual (textualmente “menos el ojo artifical”, parece broma, pero así aparece en un anuncio por la redes) y nadie tome medidas.

P. Las listas de espera para los servicios de oftalmología son largas, pudiendo superar los seis meses en al menos un 25% de los casos, según han reconocido los propios oftalmólogos. ¿Qué pasaría si los ópticos-optometristas trabajaran en los servicios de atención primaria?

R. Sin duda se mejorarían los tiempos de espera y se podría ampliar el tiempo de dedicación a cada paciente por parte de los oftalmólogos. Hoy en día, con la presión y las demandas existentes, los oftalmólogos de la medicina pública son verdaderos héroes porque, además y a pesar de no estar suficientemente apoyados, acaban haciendo bien su trabajo. No tiene sentido que una persona con una deficiencia visual no patológica ocupe unas listas de espera en la misma cola que el que espera para una cirugía de cataratas o un control del glaucoma, por ejemplo.

P. En su día a día ¿Tiene relación profesional con oftalmólogos?

Sí y muy buena, tanto a nivel personal como profesional. En Barcelona el ecosistema visual nace de una larga tradición, una ciudad que ha sido y es un referente en la oftalmología mundial. En los años treinta del siglo pasado se pasaban reportajes de operaciones de cataratas entre película y película, imagínese el grado de penetración social de la especialidad.

«En Barcelona el ecosistema visual nace de una larga tradición, una ciudad que ha sido y es un referente en la oftalmología mundial»

Grandes sagas de oftalmólogos como los Barraquer, que en 1879 inauguran el servicio de oftalmología del Hospital de Sant Pau, los Arruga, también pioneros en la cirugía de las cataratas, grandes especialistas de la época como los Caralt, Figarola, Palomar y Menacho, entre otros, crearon un saber hacer que actualmente se traduce en un abanico de excelentes clínicas y de grandes especialistas, no solo en el ámbito privado sino también en el público.

Por otra parte, Barcelona posee una tradición óptica de peso, existe documentación sobre la exportación de gafas graduadas a principios del siglo XIV hacia puertos del Mediterráneo. En 1596, se funda, en nuestra ciudad, uno de los primeros gremios de ópticos del mundo (“Gremi d’ulleraires”), con ópticos como Joan Roget, en el siglo XVI, con sus estudios sobre los primeros telescopios o Francesc Dalmau, considerado el primer óptico moderno de la ciudad a mediados del XIX, estudioso de las ilusiones ópticas y uno de los impulsores de la electricidad en nuestro país. Ya a finales del XIX, principios del XX, sagas familiares como Cottet; Corrons, Gantzer, más tarde Hispano, Prats y otros crearon escuela, tanto en el diseño y fabricación de lentes e instrumentos como en el ejercicio profesional como ópticos.

Compartir:
  • Facebook
  • Twitter
  • WhatsApp
Jaime Cevallos
Jaime Cevallos
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Newsletter

Suscríbete a la newsletter de modaengafas.com

© modagafas.com 2024 - Desarrollo web Develona
: