La IA y los nuevos retos de la industria óptica

En el siglo XXI, el mundo ha entrado en una nueva dinámica que afecta e influye en todos los aspectos de nuestra vida. Si nos remontamos al año 2000 y hacemos un poco de memoria, recordaremos que no todos usábamos teléfonos móviles, pocas empresas tenían páginas web y los ordenadores se conectaban a internet mediante la línea telefónica, a través de un módem.

De hecho, en aquel cambio de siglo, lo que más nos preocupaba era el Y2K. Temíamos que, al pasar al nuevo milenio, los sistemas informáticos fallaran, provocando caos y graves daños de todo tipo en los países y en las empresas. Sin embargo, aquellos presagios no se cumplieron y los miedos resultaron infundados.

La cuestión es que el mundo cambia. Y, aunque esta afirmación pueda parecer una obviedad, no lo es en absoluto. Durante los casi diez siglos que duró la Edad Media, el mundo apenas cambió, ya que los seres humanos centraban su pensamiento en lo divino. Ese inmovilismo llegó a su fin con la toma de Constantinopla por los otomanos y el descubrimiento de América por Cristóbal Colón, dos eventos que marcaron el inicio de una nueva era.

En 1637, René Descartes publicó El discurso del método, donde el filósofo francés escribió: «Esto que soy no es el cuerpo, sino una sustancia cuya esencia consiste en pensar». Apenas 150 años después de que Descartes dejara para la posteridad su cogito ergo sum, se desencadenó la Revolución Francesa, y aparecieron los primeros indicios de lo que sería la Primera Revolución Industrial.

Así han transcurrido los siglos, con transformaciones constantes, pero nunca a la velocidad con que los cambios se producen en el presente. A principios de este milenio, ni siquiera podíamos imaginar la existencia de WhatsApp, y hoy no concebimos la vida sin él. Ahora, la inteligencia artificial y otras tecnologías asociadas han llegado para revolucionarlo todo, incluida la industria óptica.

En este contexto, el sector enfrenta nuevos retos, posiblemente los más importantes desde los inicios de la óptica como disciplina, tanto en la gestión empresarial como en el desarrollo de nuevas herramientas para trabajar en los gabinetes.