El 17 de diciembre de 2025 se perfila como una fecha significativa en la agenda social y sanitaria española con la puesta en marcha del Plan VEO, una iniciativa que introduce subvenciones de hasta 100 euros para menores de 16 años destinadas a cubrir productos ópticos esenciales. Más allá del dato económico, el plan representa un cambio de enfoque en la forma de entender la salud visual infantil y su impacto en el desarrollo educativo y social.
Plan VEO: 17 de diciembre, un día para la historia
El Plan VEO es el resultado de años de trabajo y reivindicación por parte de los profesionales del sector óptico-optométrico, que se sitúan en la primera línea de detección y tratamiento de los problemas visuales
Juan Carlos Martínez Moral pronuncia du discurso frente al presidente Pedro Sánchez,
Desde una perspectiva general, la medida es claramente positiva. Con una inversión de 48 millones de euros y un alcance potencial de más de 721.000 menores en todo el país, el Plan VEO no solo alivia la carga económica de miles de familias, sino que reconoce de forma explícita que la visión es un factor determinante para la igualdad de oportunidades. En un contexto donde el acceso a recursos básicos aún marca diferencias, facilitar gafas graduadas o lentes de contacto supone una intervención directa sobre una de las causas silenciosas del fracaso escolar.
La relación entre problemas visuales no corregidos y dificultades académicas está ampliamente documentada. Una mala visión no solo afecta al rendimiento escolar, sino también a la autoestima, la socialización y, a largo plazo, a las oportunidades laborales. En este sentido, el Plan VEO actúa como una medida preventiva con efectos que trascienden el ámbito sanitario, incidiendo de lleno en la cohesión social y el desarrollo educativo.
Sin embargo, el valor del Plan VEO no se limita a su impacto sobre las familias beneficiarias. La iniciativa es también el resultado de años de trabajo y reivindicación por parte de los profesionales del sector óptico-optométrico, que se sitúan en la primera línea de detección y tratamiento de los problemas visuales. Este reconocimiento llega en un momento especialmente relevante, cuando la Organización Mundial de la Salud considera la miopía como una de las grandes “pandemias” del siglo XXI, impulsada por cambios en los hábitos visuales y el uso intensivo de pantallas desde edades tempranas.
En este contexto, resulta especialmente destacable el papel del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas, cuya labor continuada ha sido clave para que esta política pública vea la luz. El hecho de que el presidente del Gobierno eligiera este organismo para presentar oficialmente el Plan VEO no es un gesto menor: simboliza el reconocimiento institucional de una profesión que ha reclamado durante años un mayor protagonismo dentro del sistema sanitario.
Finalmente, el Plan VEO puede interpretarse como un paso más hacia la integración de los ópticos-optometristas en la Atención Primaria del Sistema Nacional de Salud. Esta posible evolución no solo reforzaría la prevención y el diagnóstico precoz de los problemas visuales, sino que contribuiría a un sistema sanitario más eficiente, descargando otros niveles asistenciales y acercando la salud visual a la ciudadanía.
En definitiva, el Plan VEO no es solo una ayuda económica para gafas o lentillas. Es una apuesta por la prevención, la equidad y el reconocimiento profesional de los ópticos-optometristas.
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