Pregunta: ¿Qué motivó esta renovación de Optikel Boutique? ¿Fue más emocional o estratégica?
Gonzalo Manzano (Optikel Boutique): “Emprender en un sector como la óptica implica asumir riesgos y tomar decisiones difíciles”
Gonzalo Manzano adquirió hace dos años la Óptica Karma de Valladolid y la convirtió en Optikel Boutique. En esta entrevista con Modaengafas.com explica con detalles qué significa emprender y el sentido que le ha dado al establecimiento

Gonzalo Manzano dirige Optikel Boutique desde hace dos años.
Respuesta: Nos hicimos con la óptica en 2023, cuando todavía funcionaba bajo otro nombre y con otra filosofía. Desde el principio tuvimos claro que queríamos darle la vuelta por completo, no solo cambiar el cartel, sino transformar el espacio y el concepto. Así que fue una mezcla de emoción y estrategia: emoción por crear algo propio, más afín a nuestra manera de entender la óptica, y estrategia porque sabíamos que había un hueco para una propuesta más personal, cuidada y artesanal como la que ofrecemos hoy.
P. Hablas de que no es solo una reforma estética. ¿Qué valores o ideas querías reflejar con este nuevo diseño?
R. Queríamos que el diseño reflejara el respeto que sentimos por esta profesión. A veces la óptica se percibe solo como un comercio, pero detrás hay ciencia, salud visual y un trato muy humano. La reforma no fue solo para que el espacio se viera bonito, sino para dignificar lo que hacemos: ofrecer una atención personalizada, con criterio profesional y con una selección de productos que también reflejan ese cuidado. Buscamos que quien entre por la puerta sienta que está en un sitio especial, distinto, pero sobre todo honesto con lo que representa la óptica.
P. ¿Cómo fue el proceso creativo y quiénes participaron en él?
R. Fue un proceso bastante personal, en el que estuvimos muy implicados tanto mi pareja (Raquel) como yo. Llevábamos tiempo fijándonos en ópticas que admiramos, espacios que transmiten algo más que diseño: una forma de trabajar y de cuidar al cliente. A partir de esas referencias fuimos construyendo una idea propia, muy ligada a cómo entendemos la profesión. No fue algo prefabricado ni hecho por un estudio, sino una suma de decisiones muy pensadas, desde la distribución hasta los detalles más pequeños. Queríamos que cada rincón hablase de nosotros, de nuestros valores y de lo que queremos transmitir con Optikel.
P. Mencionas que sois una “óptica independiente con criterio propio”. ¿Qué significa eso en un mercado con tantas franquicias?
R. Significa que ofrecemos algo distinto. Mientras muchas franquicias apuestan por volumen, ofertas y estandarización, nosotros decidimos ir por otro camino: el del trato cercano, el tiempo con cada paciente y una selección de producto basada en calidad y autenticidad. Ser independientes nos permite elegir con libertad, sin imposiciones comerciales, y eso se nota en cada detalle. No buscamos competir en precio, sino en experiencia. Y hay mucha gente que valora eso: que te miren a los ojos, que recuerden tu nombre y que te recomienden unas gafas pensando en ti, no en un objetivo de ventas.

Optikel Boutique está situada en la Plaza Mayor de Valladolid.
P. ¿Qué importancia tiene para ti ofrecer marcas “con alma”? ¿Cómo eliges las marcas que vendes?
R. Es un proceso mucho más complejo de lo que parece. Dedicamos muchas horas a investigar marcas, entender sus procesos de fabricación, su filosofía y su forma de trabajar. Nos interesan especialmente las empresas familiares y los proyectos que ponen el alma en lo que hacen, porque ahí es donde sentimos una conexión más profunda. Hablamos directamente con las personas detrás de cada marca: desde quien diseña o fabrica las gafas hasta el responsable de ventas en España. Nada se deja al azar. Damos muchas vueltas hasta encontrar marcas con las que realmente nos sintamos identificados. Y cuando las integramos en Optikel, lo hacemos para cuidarlas y darles el espacio que merecen. Por eso rara vez una marca entra y sale: buscamos relaciones duraderas, como las que queremos construir con nuestros pacientes.
P. ¿Cómo defines la atención personalizada en el contexto de la optometría?
R. Para mí, la atención personalizada en optometría significa valorar cada caso como único. No se trata solo de graduar la vista, sino de entender a fondo las necesidades visuales de cada persona: cómo trabaja, cuánto tiempo pasa frente a pantallas, si tiene molestias o fatiga, si ha notado cambio,etc. Escuchamos con atención y dedicamos el tiempo necesario para hacer una revisión completa y ajustada a su realidad. A partir de ahí, buscamos la mejor solución, no la más rápida ni la más genérica, sino la que de verdad va a mejorar su calidad visual y su día a día.
P. ¿Qué lugar ocupa la optometría clínica en vuestra práctica diaria?
R. La optometría clínica ocupa un lugar cada vez más importante en nuestro día a día. Entendemos que nuestra labor va mucho más allá de ayudar a elegir unas gafas: implica evaluar a fondo la salud visual, prevenir problemas y ofrecer soluciones personalizadas y eficaces. Por eso seguimos formándonos constantemente y mejorando el equipamiento del gabinete, para estar siempre preparados y poder ofrecer una atención de calidad.
P. ¿Cuáles son los principales problemas visuales que tratáis y cómo ha evolucionado ese perfil en los últimos años?
R. En Optikel trabajamos principalmente en el ámbito de la atención visual primaria: problemas de refracción como miopía, hipermetropía, astigmatismo o presbicia, así como adaptaciones de lentes de contacto y alteraciones funcionales que afectan al confort visual. También estamos muy enfocados en el control de la miopía infantil, un campo que ha cobrado especial relevancia en los últimos años y en el que aplicamos protocolos específicos para frenar su progresión. Cuando detectamos signos de posibles patologías o casos que requieren intervención médica, derivamos a oftalmología y colaboramos en el seguimiento cuando es necesario. Hemos notado un aumento de casos de fatiga visual, ojo seco y una mayor demanda de soluciones personalizadas, lo que nos ha llevado a seguir formándonos y mejorando continuamente el gabinete.
P. ¿Cómo lográis generar una experiencia cercana y humana en un entorno que a veces puede parecer técnico o impersonal?
R. Lo conseguimos haciendo que todo sea más accesible para el paciente. Nos esforzamos en explicar con claridad qué le ocurre, por qué puede estar sintiendo ciertas molestias y cómo podemos ayudarle. No queremos que nadie se sienta perdido entre tecnicismos. Nos gusta lo que hacemos, disfrutamos del trato con las personas y creemos que esa actitud se nota. Para nosotros, guiar al paciente y acompañarle en todo el proceso visual es una experiencia muy gratificante, y eso crea un vínculo que va mucho más allá de una simple venta de gafas.
P. ¿Hay alguna historia o paciente que te haya marcado especialmente en estos años?
R. La verdad es que todos los pacientes tienen una historia detrás y, de una forma u otra, todos te marcan. Pero si tengo que destacar algo, sería a las primeras personas que confiaron en nosotros cuando abrimos Optikel. Estábamos en pleno proceso de cambio, dando forma a lo que queríamos construir, y su confianza fue un impulso enorme. No teníamos todo listo, pero sí teníamos claro el compromiso con el buen hacer y el trato cercano. Que alguien te elija en ese momento, cuando todo está por definir, es algo que no se olvida.
P. ¿Cómo ha sido el camino de emprender en un sector tan competitivo?
R. No ha sido fácil ni especialmente bonito, y creo que es importante decirlo con claridad. Emprender en un sector tan competitivo como este implica asumir riesgos, tomar decisiones difíciles y convivir con muchas incertidumbres. Pero también ha sido un camino muy enriquecedor. Cada paso, incluso los más duros, me ha ayudado a definir mejor qué tipo de óptica quería crear y cómo quería tratar a las personas que confían en mí. Podría contar muchas cosas muchos momentos en los que dudé, en los que pensé si había hecho bien, pero al final todo se resume en que sigo aquí, cada vez más convencido de que merece la pena luchar por un proyecto honesto, humano y con criterio propio.
P. ¿Qué lecciones clave has aprendido al frente de Optikel Boutique?
R. Una de las principales ha sido aprender a convivir con el error y verlo como parte del proceso. Emprender no es un camino lineal, y a veces las cosas no salen como uno espera. Pero cada tropiezo ha traído consigo un aprendizaje que me ha hecho crecer, tanto a nivel profesional como personal. También he aprendido lo que significa ser una pyme en España: lidiar con trámites, cargas fiscales y una falta general de apoyo que a menudo pone las cosas cuesta arriba. Aun así, cuando ves que el proyecto avanza, que la gente vuelve y confía, sabes que todo el esfuerzo tiene sentido.
P. ¿Qué significa para ti “sostener el rumbo” en un proyecto como este?
R. Para mí, sostener el rumbo significa mantenerte fiel a tu visión, incluso cuando las circunstancias no acompañan. Es fácil avanzar cuando todo va bien, pero lo realmente valioso es no perder el norte cuando llegan las dudas, los meses flojos o las decisiones difíciles. Significa seguir creyendo en lo que haces, cuidando a cada paciente, eligiendo cada producto con criterio, y resistiendo la tentación de ir por el camino fácil. No se trata de ir rápido, sino de ir con sentido. Y en un proyecto como Optikel, eso pasa por estar presente cada día, con la misma pasión del principio, pero con más aprendizaje y más calma.
P. ¿Qué próximos pasos te gustaría dar con Optikel?
R. Ahora mismo creo que estamos en un momento en el que lo más importante es consolidar lo que ya hemos construido: seguir afinando nuestro modelo, cuidando a quienes confían en nosotros y asentando bien las bases del proyecto. No tengo una lista cerrada de próximos pasos, porque la experiencia me ha enseñado que cada etapa trae consigo nuevas ideas y nuevas oportunidades. Lo que sí tengo claro es que quiero que Optikel siga creciendo con sentido, sin perder la esencia ni la cercanía que nos define.
P. ¿Cómo ves el futuro del sector óptico en España? ¿Hacia dónde crees que va?
R. El sector está cambiando rápido: más tecnología, más conciencia sobre la salud visual y pacientes cada vez más exigentes. Eso nos obliga a formarnos, adaptarnos y ofrecer algo con valor real. Creo que las ópticas independientes tenemos una oportunidad si apostamos por la atención cercana, la calidad y el criterio propio. No es un camino fácil, pero tengo confianza en que, con trabajo y coherencia, lo mejor aún está por venir.

Suscríbete a la newsletter de modaengafas.com
Noticias relacionadas


