Francesc Daumal: “En la actualidad, conciliamos el sueño con un nivel de 80 decibelios en el ambiente”

Francesc Daumal i Domènech sostiene que en la actualidad el ruido de las ciudades supera de largo los niveles establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que pone en peligro la salud de la población

Francesc Dauma

Francesc Daumal. FOTO: Modanegafas.com

Por Jaime Cevallos - 21/06/2023
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Este artículo forma parte del Cuaderno de Audiología 2023, en el que Modaengafa.com aborda la realidad de un sector que va al alza.

Francesc Daumal i Domènech contaba con tan solo 14 años cuando entró en un grupo de música con el fin de materializar una de sus pasiones. Entonces, de ensayo en ensayo, mientras tocaba el bajo, notó que algo no iba bien; tras analizar la situación, se dio cuenta de que había un problema de acústica.

Y aquello, que puede sonar (nunca mejor dicho) como algo meramente anecdótico, le permitió fijar el rumbo que su vida, convirtiendo una dificultad en fortaleza: en efecto, ha dedicado buena parte de sus esfuerzos a estudiar el sonido y el impacto que tiene en las ciudades y sus habitantes.

En un principio, la idea inicial de Modaengafas.com era la  tener con Francesc Daumal una entrevista al uso, pero, dado su perfil humanista, el diálogo desembocó en una conversación en la que dejó ver su talante y su sabiduría.

Desde que era muy joven y como experto en el tema, Daumal ha atestiguado el cambio que se ha producido en las ciudades

Nacido en el barrio de San Gervasi de Barcelona, en mayo de 1948, Daumal se doctoró en arquitectura con una tesis sobre acústica (cum laude). Desde 1992 ha sido catedrático de acondicionamiento y servicios de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, y es catedrático emérito de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) desde 2019.

Daumal, además, ha sido profesor de acústica para varios masters, tribunales de PFC y titulaciones de paisajista y en el grado superior en diseño de la ETSAB, así como en doctorados, masters y cursos de especialización de diversas escuelas técnicas superiores de arquitectura, facultades de arte y colegios profesionales de España, etc.

Desde que era muy joven y como experto en el tema, Daumal ha atestiguado el cambio que se ha producido en las ciudades, y lo ha hecho con tan sólo poner atención en los sonidos, prescindiendo de los otros sentidos. De ahí que no resulte extraño que Daumal lidere algunas actividades en las ciudades -experiencias inmersivas- para que los participantes tomen conciencia de cómo el sonido afecta a la percepción del entorno y cómo influye en el bienestar y la salud de las personas.

Francesc Daumal sostiene que muchos ayuntamientos ya se han dado cuenta de los nocivo que es el ruido

Hace poco, con la inauguración de un centro de una cadena de audiología en Barcelona, organizó un paseo sonoro por los alrededores de la Sagrada Familia, en el que los participantes -que llevaban los ojos vendados- fueron identificando los diversos sonidos que se encontraban a su paso.

Un cambio sonoro

Daumal sostiene que los sonidos que inundan las calles se transforman de año a año, tanto así, que hay unos que han desaparecido para dar paso a otros.

Y eso es verdad. Ahora, por ejemplo, las gaviotas han tomado la Barcelona del siglo XXI. Antes, su entorno era el mar y el barrio de la Barceloneta, en las orillas del mismo Mediterráneo; pero, ahora, pululan por toda la ciudad; ya es normal advertir su presencia en las primeras horas de la mañana, cuando emiten toda una letanía destemplada que tiene un claro significado territorial.

En la Barcelona de antaño también había sonidos de aves. Los pájaros eran omnipresentes, pero también las gallinas, cuyos cacareos salían de las terrazas de las casas. En los tiempos que corren, a nadie de le ocurriría escuchar el canto mañanero de un gallo.

Con los nuevos tiempos, también se ha incrementado el tráfico vehicular y ha aumentado la población, lo que genera más ruido en las ciudades. Y ese ruido, enfatiza Daumal, sigue siendo una amenaza para la salud auditiva de la población.

Un problema de difícil solución

El exceso de sonido realmente es un problema. Francesc Daumal sostiene que muchos ayuntamientos ya se han dado cuenta de los nocivo que es el ruido y se han puesto a trabajar en ello, diseñando medidas de todo tipo que tienen como fin aplacarlo. Pero es muy difícil contenerlo.

La calle en la que reside Daumal, por ejemplo, la han convertido en pacificada, es decir, el ayuntamiento de Barcelona la ha transformado en peatonal. Y han dejado de circular los coches para dar cabida a más gente, lo que también abre la puerta al ruido.

“Y el ruido que más molesta es el que genera la gente, el que emiten los vecinos…”, dice Daumal, tras enfatizar que el ruido de la calle es discontinuo, mientras que el que se produce dentro de las viviendas es más constante.

El ruido de la calle es discontinuo, mientras que el que se produce dentro de las viviendas es más constante

En este contexto, Daumal hace hincapié en los ruidos que se generan tras las fachadas de los edificios: se oyen las voces de los vecinos, las voces que salen de las televisiones, el murmullo de los aires acondicionados, calefacciones, cafeteras, etc.  Y todo eso provoca que las personas nos veamos obligadas a conciliar el sueño con un nivel de 80 decibelios en el ambiente.

Los 80 decibelios, sostiene Daumal, están muy por encima de los niveles permitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ese organismo, según ha podido corroborar Modaengafas.com, define como ruido a los sonidos que superan los 65 decibelios. Pero, lo dramático del asunto, es que la OMS considera que cualquier ruido que supere los 75 decibelios es nocivo para el oído humano.

De hecho, las recomendaciones emanada desde la OMS recomiendan no superar los 65 decibelios durante el día, mientras que en la noche se necesitan menos de 30 decibelios para conseguir un sueño reparador.

(Ladillo) Diseñar el sonido

En las ciudades del siglo XXI hay que hallar las medidas para aplacar los sonidos. Es un asunto complicado, pro hay que intentarlo. Francesc Daumal propone “diseñar el ruido”, de tal modo que afecte en los mínimo a la población.

Incluso, el profesor Daumal habla de crear una policía acústica, para garantizar que se cumplan todas las normas emitidas para regular los sonidos.

Lo que está claro es que el ruido seguirá siendo la música de donde en el devenir de las ciudades, y que los problemas auditivos, sin remedio alguno, irán al alza.

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Jaime Cevallos
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