2666 es una de las grandes novelas que nos dejó Roberto Bolaño. En la tercera parte de esa obra río, el escritor chileno -que residía en Blanes (Cataluña)- va detallando de manera descarnada, uno tras otro, una serie de feminicidios registrados en Santa Teresa (trasunto de Ciudad Juárez), poniendo el foco sobre uno los grandes problemas que tiene México.
El 2666 de la óptica española: en el foco de la delincuencia
El caso más elocuente, quizás, es el de Óptica Óptima, que, en lo que va de 2024, ya ha sufrido cuatro robos en sus establecimientos y 16 en los últimos tres años
Salvando las diferencias, en España se podría escribir un 2666 de la óptica, detallando de manera pormenorizada la serie de robos que han sufrido varias empresas del sector.
El caso más elocuente, quizás, es el de Óptica Óptima, que, en lo que va de 2024, ya ha sufrido cuatro robos en sus establecimientos y 16 en los últimos tres años. Se trata de una cifra nada desdeñable, que ha obligado a la empresa a pedir colaboración a la ciudadanía: “Si alguien ha presenciado o tiene información relevante sobre estos incidentes, les instamos a que se pongan en contacto con las autoridades locales. La información proporcionada será tratada con confidencialidad y será de gran ayuda para resolver estos casos y prevenir futuros incidentes”.
Sin embargo, Óptica Óptima no es la única empresa que ha sido golpeadas por la delincuencia. El 14 de diciembre, la óptica de E-Lentillas en Valdebebas (Madrid) vivió un episodio similar cuando solo llevaba una semana en funcionamiento. “Nos enfrentamos a un desafío devastador: un robo, que nos dejó con más de la mitad de nuestro stock desaparecido y destrozos sin sentido”, dijeron los propietarios de E-Lentillas.
Esos robos no son hechos aislados. Basta con ponerse a googlear para darse cuenta de la dimensión que han alcanzado estos sucesos. El 17 de febrero, El Periódico de Aragón informó de que dos delincuentes atracaron una óptica en Zaragoza a punta de navaja y pistola. En noviembre, un ladrón se llevó cuatro gafas de alta gama del establecimiento de Optiver Óptico, en Elda. En agosto, el local de Multiópticas de la Av. Juan Carlos I de Melilla también fue blanco de la delincuencia. Y sí podríamos seguir.
Más allá de las pérdidas-grandes o pequeñas-, existe un clima de inseguridad general que causa una sensación de zozobra. Obviamente, las ópticas no son las únicas víctimas de los atracadores, pero a veces da la impresión de que son un tipo de establecimiento que siempre están el foco de los maleantes.
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