Pregunta: Hace un año iniciaste tu propio camino en solitario. ¿Qué te motivó a abrir tu propio centro de audiología tras años de experiencia?
Alberto Centeno: “Cuando te lanzas a emprender, te das cuenta de que el apoyo por parte del Estado es prácticamente inexistente”
El audioprotesista Alberto Centeno habla con Modaengafas.com sobre emprendimiento, justo cuando se ha cumplido un año de la apertura de su establecimiento en la localidad de Astorga

Albero Centeno abrió su centro de audiología hace un año en Astorga
Respuesta: El hecho de trabajar por mi cuenta es algo que rondaba mi cabeza desde siempre. Vengo de una familia en la que la mayor parte de los componentes han creado su propio negocio con esfuerzo y trabajo duro.
Hay una gran lista de contras, pero los pros tienen un peso que, para mí, merece la pena. Son más preocupaciones, más dolores de cabeza, más miedos, más noches sin dormir; pero la satisfacción que me genera, de verdad que no tiene precio.
Orgullo de poder vivir de lo que me apasiona, a mi manera y sin depender de nadie.
P. ¿Cuál fue el mayor reto al iniciar tu propio proyecto y cómo lo superaste?
R. Sin duda, uno de los mayores retos fue la sensación de estar completamente solo ante todo. Cuando te lanzas a emprender, te das cuenta de que el apoyo por parte del Estado es prácticamente inexistente. A nivel burocrático, los trámites son tediosos y complicados, y si no cuentas con alguien que te eche una mano, puedes sentirte bastante perdido. Yo, de hecho, tuve que buscar ayuda profesional para poder sacar todo adelante correctamente.
En lo económico, más de lo mismo: ni una ayuda, ni una subvención… nada. Y eso, en los inicios, pesa mucho. Porque no es solo lo económico, es la sensación de estar desprotegido, como si emprender fuese una carrera de fondo en la que empiezas en desventaja.
Aun así, fue precisamente esa falta de apoyo la que me hizo reforzar mi compromiso. Pensé: “Si esto va a salir adelante, va a ser gracias a mí, a mi entorno, a mi trabajo y a las ganas que le pongo”. Y creo que eso también tiene su parte bonita.
P. ¿Cómo has integrado tu experiencia previa en la forma de gestionar el nuevo centro?
R. Todo el camino recorrido hasta llegar aquí ha sido esencial para poder afrontar con seguridad esta nueva etapa. Cada experiencia, cada compañero con el que he trabajado, cada empresa con su forma particular de hacer las cosas me ha ido aportando algo que hoy forma parte de mi forma de trabajar.
He aprendido mucho observando distintos estilos, distintos protocolos y, sobre todo, tratando con muchas personas. Cada paciente ha sido una lección. Pero, sin duda, una de las experiencias más importantes fue poder llevar la gestión total del último gabinete en el que trabajé. Eso me permitió tener una visión más completa, no solo desde el punto de vista clínico, sino también organizativo y humano.
Todo ese bagaje me ha dado una base sólida sobre la que construir este proyecto. Y aunque sigo aprendiendo cada día, siento que estoy preparado para afrontar los retos que vienen, apoyándome en todo lo vivido hasta ahora.
P. ¿Qué papel juegan la tecnología y la innovación en tu propuesta como emprendedor?
R. La tecnología y la innovación no son solo herramientas, son aliados fundamentales en mi día a día como audiólogo. Me esfuerzo por mantenerme actualizado, integrar los últimos avances en equipamiento, software y soluciones auditivas, y ofrecer a cada paciente un enfoque adaptado a sus necesidades, con los recursos más precisos y eficaces disponibles.
P. ¿Qué fue lo que te atrajo inicialmente del mundo de la audiología?
R. La verdad es que fue algo bastante curioso. Un día, en una conversación, alguien me habló de esta profesión. Me informé sobre el ciclo formativo, leí el plan de estudios y me dije: ¿por qué no?
Lo que empezó como una simple curiosidad acabó convirtiéndose en la mejor decisión de mi vida. Aquella conversación casual me llevó a descubrir mi verdadera vocación, algo a lo que ahora dedico cuerpo y alma. Una preciosa casualidad que terminó marcando mi camino.
P. ¿Cómo ha cambiado el trabajo del audioprotesista desde que comenzaste tu carrera?
R. Aunque no llevo tantos años en la profesión como otros compañeros que sí han vivido cambios más drásticos, en este tiempo he notado una evolución clara. No tanto en el trato con el paciente —que sigue siendo lo más importante y, afortunadamente, atemporal—, sino en lo técnico: la mejora en la conectividad, en las prestaciones de los audífonos, en los métodos de ajuste y verificación… todo avanza muy rápido.
También percibo que cada vez se valora más la parte humana del audioprotesista: ya no solo somos técnicos ajustando aparatos, sino profesionales que acompañan al paciente en un proceso delicado y muy personal. Esa dimensión, que siempre ha estado presente, creo que hoy en día tiene más reconocimiento y peso dentro de nuestro trabajo.
P. ¿Qué habilidades consideras más importantes para ser un buen audioprotesista hoy en día?
R. Empatía, honestidad y profesionalidad. Para mí, estas tres cualidades son el corazón de esta profesión.
La empatía es fundamental. Cada persona que se sienta frente a nosotros lo hace con un motivo que va mucho más allá de la pérdida auditiva. Llevan consigo inseguridades, miedos, preguntas… y nuestra labor empieza por escucharles, por ponernos en su piel, entender su historia y adaptar nuestra atención a sus necesidades reales.
La honestidad es otra piedra angular. No se trata de vender audífonos, sino de ofrecer soluciones. El paciente merece transparencia total: explicaciones claras, opciones reales y recomendaciones sinceras. Estamos aquí para mejorar su calidad de vida, no para forzar decisiones.
Y, por supuesto, la profesionalidad. No podemos conformarnos con lo que ya sabemos. La formación continua, la curiosidad por aprender, el rigor en las pruebas, el respeto por los protocolos y el tiempo que dedicamos a cada persona… todo esto marca la diferencia entre un trabajo correcto y un trabajo que realmente transforma vidas.
P. ¿Cómo ves el futuro de la audiología en España? ¿Hacia dónde crees que se dirige el sector?
R. La audiología en España ha vivido un crecimiento notable en los últimos años, tanto en visibilidad como en concienciación por parte de la población. Cada vez más personas comprenden la importancia de cuidar su salud auditiva, y eso es una excelente noticia.
Uno de los grandes hitos que estamos viviendo ahora es la creación del nuevo grado universitario en Audiología. Es un paso histórico para nuestra profesión, que hasta ahora se ha desarrollado principalmente a través de ciclos formativos. La existencia de un grado no solo puede elevar el reconocimiento del audioprotesista como profesional sanitario, sino que también puede marcar un antes y un después en la formación, la investigación y el desarrollo clínico en nuestro país.
Estamos en un momento de cambio, de redefinición del sector. Y si se gestiona con visión y responsabilidad, estoy convencido de que traerá grandes avances.
P. ¿Qué avances tecnológicos recientes consideras más prometedores para la mejora auditiva?
R. Al principio, reconozco que fui algo escéptico con la llegada de la inteligencia artificial (IA). Supongo que, como muchos, me generaba cierta incertidumbre lo desconocido y un poco de vértigo pensar hasta dónde podría llegar.
Sin embargo, hoy por hoy, puedo decir que me parece una de las incorporaciones más prometedoras en nuestra profesión. Algunos fabricantes ya están lanzando modelos que integran IA en sus procesadores, y los primeros resultados apuntan a una personalización mucho más precisa, especialmente en entornos sonoros complejos.
P. ¿Cuál es la mayor barrera que enfrentan hoy las personas con pérdida auditiva?
R. Sin duda, la mayor barrera sigue siendo la económica. Afortunadamente, la parte estética —que durante años fue un motivo de rechazo— ha ido perdiendo peso; cada vez más personas priorizan la salud auditiva por encima de la apariencia. Sin embargo, el coste de unos audífonos de calidad sigue siendo un obstáculo importante.
Estamos hablando de un dispositivo que no debería considerarse un lujo, sino una necesidad sanitaria básica. En muchos países de nuestro entorno, los audífonos están subvencionados o incluso se prescriben como si fueran medicamentos, lo que facilita enormemente el acceso de la población a ellos. Aquí, por desgracia, todavía queda mucho camino por recorrer. Creo que una sociedad realmente inclusiva debería garantizar la accesibilidad auditiva para todos, independientemente de su situación económica.
P. ¿Qué consejo le darías a un joven audioprotesista que está comenzando?
R. Le daría varios, aunque el fundamental es que se mueva. Que salga de su zona de confort, que trabaje en empresas diversas, que aprenda todo lo que pueda de los compañeros que le rodean y que trate siempre de mejorar.
P. ¿Qué aprendiste en este primer año como emprendedor que no te esperabas?
R. Siempre pensé que en mis anteriores trabajos me implicaba al máximo, que gestionaba cada situación como si el centro fuera mío y que daba el 100 %. Pero este primer año como emprendedor me ha enseñado que existe un 120 %.
La dedicación, el cariño con el que se atiende a cada paciente, el tiempo que se invierte en hacer bien cada prueba, cada ajuste… todo adquiere un valor diferente cuando sabes que todo lo que ocurre en ese espacio es fruto de tu esfuerzo. Esa implicación emocional, ese cuidado por cada detalle, va mucho más allá de lo profesional. Es una conexión muy especial con tu vocación. Y vivirlo así, desde dentro, es realmente precioso.
P. ¿Piensas abrir más centros de audio?
R. De momento, no entra en mis planes. Siento que ya tengo un reto lo suficientemente grande entre manos: consolidar este primer centro, hacerlo crecer de forma sostenible y mantener el nivel de atención personalizada que quiero ofrecer a cada paciente. Prefiero centrar mis energías en hacer bien las cosas aquí, asegurar que todo funcione con solidez y mimo, antes de pensar en expandirme.

Suscríbete a la newsletter de modaengafas.com
Noticias relacionadas



