Radiografía de la población de présbitas en España

El mercado de los présbitas mantiene su atractivo en España, porque, desde un punto de vista demográfico, la población española se encuentra en pleno proceso de envejecimiento. Sin embargo, existen algunos factores que se deben tener en cuenta para abordar un target que tiene gran interés para las ópticas.

Para ponernos en contexto, sabemos que el mercado de lentes oftálmicas en España movió una cifra de negocio de 921,3 millones de euros en 2021, lo que representa un crecimiento del 16,4%, según el último Libro Blanco de la Visión editado por la Fedao, la patronal del sector.

Por número de unidades, en el país se comercializaron 15.185.000 lentes en 2021, lo que equivale a un alza interanual del 7,6%. Los datos también nos dejan ver que una de cada tres lentes que se vendieron en España, es decir, más de cinco millones de unidades, era progresiva. Se trata de una tendencia que se mantiene en los últimos años, con ligeras variaciones.

La población y los présbitas

En términos generales, a 1 de enero de 2022, el total de personas inscritas en el Padrón Continuo de Población alcanzó la cifra de 47.435.597. El dato, facilitado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) supone un aumento de 50.490 personas (un +0,1%) respecto a 1 de enero de 2021.

De ese total, 41.923.039 personas tienen nacionalidad española (el 88,4%), mientras que 5.512.558 proceden del extranjero (el 11,6%). De hecho, el l número neto de españoles se ha reducido en 21.920 personas (un –0,1%), mientras que el de extranjeros ha aumentado en 72.410 (un 1,3%). Entre estos últimos, los pertenecientes a la Unión Europea (UE) crecen en 13.400 (un 0,8%) y los no comunitarios en 59.010 personas (un 1,5%).

El análisis de la población es fundamental para saber cómo va evolucionado el mercado de los présbitas. Cabe recordar que la presbicia o vista cansada es un defecto fisiológico que se comienza a manifestar en torno a los 40 años. Se trata de un estado refractivo en el cual la capacidad de acomodación o enfoque del ojo se muestra insuficiente para desempeñar con comodidad cualquier tipo de actividad en visión próxima como la lectura.

Con el paso del tiempo, el músculo ciliar y el cristalino pierden elasticidad y la capacidad de aumentar su potencia, respectivamente. Debido a esto, el ojo ve reducida su capacidad de acomodación y, por tanto, su capacidad para ver de cerca. Las personas que comiencen a manifestar síntomas de presbicia deben acudir al profesional de la visión que, tras los exámenes pertinentes, aconsejará acerca de la corrección visual más adecuada en función de sus necesidades, características y estilo de vida.

Nuevos présbitas

Teniendo en cuenta que los problemas de las personas relacionados con la vista cansada (que es el resultado de la pérdida de la capacidad de acomodación del ojo) tienden a manifestarse a partir de los 40 años, los datos del Padrón reflejan un asunto clave de cara al futuro: el número de “nuevos présbitas” (por llamarlos de alguna manera) va en descenso.

En concreto, el último Padrón Continuo señala que 3.816.395 personas que residen en España tienen entre 40 y 44 años, lo que representa un descenso del 2,8% frente a los datos que se habían contabilizado en 2021 en este segmento de la población.

El descenso en la cifra de “nuevos présbitas” está relacionado de una manera directa con el envejecimiento de la población española, un fenómeno que, poco a poco, va haciendo saltar las alarmas en el país (sobre todo en lo que concierne al futuro de las pensiones).

No obstante, si el número de la población española ha mermado en el segmento de entre 40 y 44 años, en otros ha crecido como consecuencia de esa misma realidad demográfica que, dicho sea de paso, es extensible al resto de Europa.

Así, en 2022, la cifra de empadronados en el segmento de entre 45 y 49 años ha llegado a 3.997.182, lo que equivale a un alza del 1,3% respecto a los 3.945.845 que estaban registrados hace un año atrás.

La tendencia es la misma en el segmento de empadronados de entre 50 y 54 años. Los datos del Padrón 2022 incluyen a 3.739.679 personas, cifra que está por encima de la anotada en el Padrón de 2021, que ascendió a 3.699.275.

En tanto que, en el segmento de población de entre 55 y 59 años, la cifra de empadronados ha sufrido un aumento interanual del 2,1% hasta 3.493.035.

La misma tendencia marca la evolución de los segmentos de población que se sitúan entre los 60 y 64 años, y 69 y 60 años, con repuntes interanuales del 2,6% y 2,7%, respectivamente.

Una amenaza

En medio de este contexto, el mercado de las lentes progresivas se está viendo perjudicado por el uso de las gafas premontadas. De hecho, algunas organizaciones, como el Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia, ha lanzado una alerta a la población por los perjuicios que puede generar la utilización de las premontadas.

Las gafas premontadas solo se ajustan a las necesidades de un porcentaje mínimo de la población, a un máximo de un 2% de las personas, y la mayoría suelen estar más cómodas con gafas hechas a medida.

Sin embargo, datos facilitados por el Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de Andalucía señalan que el 12% de la población las utiliza., con todo lo que ello supone.

Compuestas por lentes de aumento para visión de cerca, las gafas premontadas son fabricadas y vendidas con unas medidas y graduaciones genéricas, sin contar con el asesoramiento ni la prescripción de un profesional sanitario.

Las gafas premontadas utilizan lentes biconvexas (con dos superficies convexas) en lugar de lentes de menisco (lente formada por una superficie cóncava y otra convexa) que utilizan todos los fabricantes de lentes oftálmicas.

Las lentes biconvexas producen mayor distorsión de imagen y, por consiguiente, mayor incomodidad visual que las de menisco. Además, la calidad, tanto de la montura como de las lentes, es muy inferior a la de cualquier otra gafa.