Los nuevos tratamientos para las patologías más frecuentes, como la degeneración macular asociada a la edad, tanto húmeda como atrófica (que hasta ahora no tenía posibilidad de ser tratada), la alta miopía, la retinopatía diabética o las alteraciones vasculares de la retina, como por ejemplo las trombosis venosas marcaron el desarrollo del VI Curso de Retina y Vítreo que se celebró el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega de Oviedo (IOFV) el 2 y 3 de junio.
Los nuevos descubrimientos para patologías oculares centran el debate en el VI Curso de Retina y Vítreo
En la parte médica se abordaron los nuevos tratamientos para las patologías más frecuentes, como la degeneración macular asociada a la edad, tanto húmeda como atrófica (que hasta ahora no tenía posibilidad de ser tratada), la alta miopía, la retinopatía diabética o las alteraciones vasculares de la retina, como por ejemplo las trombosis venosas
Más de 200 oftalmólogos participaron en este curso. Todos ellos debatieron sobre los últimos avances y novedades de esta especialidad, tanto en la parte médica como en la quirúrgica.
Los ponentes, tanto españoles como de varios países, abordaron cuestiones como el tratamiento quirúrgico de las membranas epirretinianas o los agujeros maculares, desde los casos sencillos hasta los más rebeldes, la cirugía de las complicaciones de la alta miopía, una patología que consideraron emergente y compleja, pero de la que cada vez tienen más conocimiento gracias a los avances en su diagnóstico por OCT. También se llevó a cabo un apartado para el manejo, por parte de los especialistas en retina, de las complicaciones que pueden tener otros especialistas, como los cirujanos de cataratas o de glaucoma, así como el manejo de las complicaciones quirúrgicas. En este sentido, los cirujanos expertos disertaron sobre cada una de las técnicas quirúrgicas relacionadas con el desprendimiento de la retina. También tuvo especial importancia la sección dedicada al tratamiento quirúrgico de la retinopatía diabética.
En la parte médica se abordaron los nuevos tratamientos para las patologías más frecuentes, como la degeneración macular asociada a la edad, tanto húmeda como atrófica (que hasta ahora no tenía posibilidad de ser tratada), la alta miopía, la retinopatía diabética o las alteraciones vasculares de la retina, como por ejemplo las trombosis venosas. Y también se debatió acerca de los tratamientos emergentes en patologías menos frecuentes y que hasta ahora no tenían tratamiento, como las nuevas terapias génicas para las enfermedades heredodegenerativas de la retina, la retinosis pigmentaria o las distrofias como la enfermedad de Stargardt.
Muchos avances
Álvaro Fernández-Vega Sanz, uno de los directores del curso, señaló que en los últimos años la investigación en retina avanzó mucho “con terapias nuevas en patologías para las que antes no había tratamiento, como por ejemplo las nuevas terapias génicas para algunas enfermedades hereditarias de la retina o los nuevos tratamientos para la degeneración macular asociada a la edad seca, que hasta ahora no tenía posibilidad de ser tratada”.
Tal y como explicó Fernández-Vega Sanz, la degeneración macular asociada a la edad es una de las principales causas de pérdida del centro de la visión en pacientes mayores de 60 años, que llega por un envejecimiento de la retina justo a nivel del centro.
“El paciente pierde la visión central en sus estadios más graves, pero conserva la visión lateral. Es una enfermedad que no provoca ciegos totales, pero sí ciegos legales, porque las personas que la padecen pueden perder el centro de la visión. Puede ser seca o atrófica, que hace que se vaya perdiendo la visión lentamente y que hasta ahora no tenía solución, pero ya empezamos a tener tratamientos. Y luego está la forma húmeda, en la que se desarrolla una cicatrización del organismo que provoca una pérdida brusca de la visión. Para tratarla es fundamental que el paciente acuda al oftalmólogo cuando tenga los primeros síntomas, que consisten en ver las imágenes distorsionadas o líneas verticales u horizontales que perciben con ondulaciones”.
La alta miopía
Sobre la alta miopía, Fernández-Vega Sanz explicó que se debía a que el globo ocular se vuelve bastante más grande de lo normal. “Los miopes tiene 20 veces más posibilidades de padecer desprendimiento de retina y de tener alteraciones al nivel de la mácula, o sea, la parte central de la retina, que está justo enfrente de la pupila, que es donde tenemos la visión más fina que nos sirve para leer, escribir o reconocer los rasgos de la cara de una persona. Pues los miopes pueden tener alteraciones alrededor de esa mácula y ello puede alterar ese centro de la visión”.
También señaló que los miopes tienen una propensión más alta a padecer una de las enfermedades más peligrosas: el glaucoma. “Tienen más riesgo de padecer esta enfermedad, que se produce por un aumento de la tensión ocular. La mayor parte de los tratamientos son a posteriori, o sea, cuando surgen los problemas, es cuando los abordamos. Hoy por hoy no podemos prevenir este crecimiento del ojo. Aunque estamos investigando mucho al respecto, sabemos que los principales factores que desencadenan esta enfermedad son genéticos”.
Sobre los síntomas que desencadenan los problemas de retina y vítreo, señaló que había dos fundamentales: “uno, el cambio brusco en las moscas volantes, esos puntitos negros que muchos de nosotros vemos, que son condensaciones del gel que rellena el ojo por dentro, y lo ya mencionado, que es empezar a ver distorsionadas las líneas tanto horizontales como verticales. Cuando las vemos torcidas u onduladas, se está ante un claro síntoma de esta enfermedad. Ahí debemos acudir al oftalmólogo lo antes posible”.
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