La obra de Constantino Cottet… 120 años después

Constantino Cottet, que tenía 23 años, llegó a Barcelona para visitar la Exposición Universal de 1888

Panorámica de la óptica de Cottet en el Portal de l’Ángel a principios del siglo XX. Foto tomada de la web de la compañía.

Panorámica de la óptica de Cottet en el Portal de l’Ángel a principios del siglo XX. Foto tomada de la web de la compañía.

Por Jaime Cevallos - 18/01/2022
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La brisa de la primavera peinaba Barcelona, vestida de fiesta para albergar la Exposición Universal de 1888. Las calles bullían en medio de una actividad incesante y, en el parque de la Ciudadela, un ejército de trabajadores dejaba a punto toda la infraestructura que albergaría tan magno evento.

El Arco del Triunfo, construido para la ocasión como puerta de entrada a la Exposición Universal, estaba prácticamente listo para recibir a los miles de visitantes. Parecía mentira tanto ajetreo en una ciudad que, solo unos años antes, había sentido el impacto de la primera crisis financiera del capitalismo español, provocada, en parte, por la escasez de algodón a escala mundial y los problemas financieros de las empresas ferroviarias, los cuales se llevaron por delante bancos y sociedades de crédito.

Constantino Cottet, que tenía 23 años, llegó por esos días a Barcelona para visitar la Exposición Universal y, de paso, vender las gafas que se fabricaban en la empresa familiar, en la localidad de Morez, al este de Francia.

El termómetro de Cottet, que tiene una altura de cinco plantas, fue instalado en 1956. FOTO: Cottet

La historia cuenta que el joven Constantino sucumbió ante el encanto de esa Barcelona, y regresaría a ella en 1902 para abrir una óptica en el Portal de l’Àngel que, además, se convirtió en la óptica más grande de Europa gracias a sus 2.000 metros cuadrados de superficie.

En 1915, Constantino falleció de manera prematura al ser atropellado por un tranvía. Sin embargo, sus tres hijos (Fernando, Ronaldo y Renato) continuaron adelante con la empresa. De hecho, Renato se mudó a Madrid, donde abrió las puertas en un local situado en el número 15 de la calle Príncipe.

En 1936, España entró en la Guerra Civil. En medio del conflicto, los hermanos Cottet se trasladaron a Sevilla y montaron una fábrica que fue bautizada con el nombre de Industria Nacional de Óptica, que es la semilla de lo que hoy en Indo.

Años más tarde, de vuelta a Barcelona, los hermanos impulsaron Cottet en su local del Portal de l’Àngel donde, en 1956, instalaron un termómetro que tiene una altura de un edificio de cinco plantas y que ha sido declarado por el Ayuntamiento de Barcelona como una obra de interés social.

Pero, las reglas invisibles del mercado y de los nuevos tiempos son rígidas, no tienen alma. En 2019, la empresa creada por Constantino Cottet dejó el emblemático establecimiento del Portal de l’Àngel -la calle con los alquileres más altos de España- para llevar el buque insignia a la Rambla de Cataluña.

No obstante, el termómetro se mantiene como la señal indeleble de lo que representa Cottet en la óptica española, porque, a pesar de los avatares que ha enfrentado a lo largo de su historia, la empresa sigue en pie, en manos de la cuarta generación de la familia, y con 37 establecimientos en marcha.

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Jaime Cevallos
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