Elisa Aragó Diego, una viajera incansable

Óptica optometrista valenciana, Elisa ejerce la profesión desde hace más de 30 años en su propia óptica, pero también se declara “friki” de los números. “Me encanta llevar la gestión de inventarios, stock y sacar la máxima rentabilidad del producto, y como algunos compañeros me pidieron orientación en este sentido, decidí brindar esta asesoría, enfocada sobre todo en ópticas para ayudarles a mejorar sus beneficios”, explica.

Para ella, entender los números también pasa por descubrir las posibilidades de la Inteligencia Artificial y de la informática. Siempre atenta a las novedades, le encanta estudiar y formarse. De hecho, ahora mismo se está especializando como experta en baja visión, así que la palabra “jubilación” no tiene más sentido que el de ganar tiempo para seguir aprendiendo, leyendo y trabajando. Menos que ahora, pero trabajando.

¿Quién es Elisa Aragó, ponente del II Congreso sobre Contactología y Superficie Ocular?

En casa tiene tres o cuatro ediciones de ‘El médico’, de Noah Gordon, un libro que no se cansará nunca de releer, pero si le dieran a elegir un género se quedaría con la historia, sobre todo la de la baja Edad Media. A Elisa también se la puede ver fuera de la óptica haciendo ejercicios de fuerza con su entrenador personal o preparando una tortilla de patatas que, según admite, es su especialidad. Pero, sin duda, lo que más la motiva es coger un mapa, elegir un lugar y planificar. Ella se encarga de reservar vuelos, alojamiento, comidas, entradas… todo lo que haga falta. Y aunque reconoce que le gustaría dejar más espacio para la improvisación, la matemática que lleva dentro se impone y disfruta dejando todo bien atado antes de dar cualquier paso.

Han sido tantos sus recorridos que si le dieran a elegir un punto de la geografía nacional no dudaría en “perderse” por Lanzarote, pero si se trata de repetir un destino internacional, seguramente se decidiría por Egipto porque “superó todas mis expectativas”. Con la mirada puesta en el futuro, puestos a soñar, Elisa dedicaría un par de meses a recorrer Perú, un país que siempre ha tenido en el punto de mira y que quisiera recorrer con calma en la buena compañía de su esposo y su hijo, sus mejores cómplices.