Miranza alerta de los riesgos para la visión en invierno y activa una campaña de prevención

A estos riesgos se suman los cambios bruscos de temperatura entre interiores y exteriores y el uso prolongado de la calefacción, que favorecen la sequedad ocular y la sensación de irritación.

En los viajes de esquí, habituales en estas fechas, los especialistas recomiendan reforzar la hidratación ocular mediante lágrimas artificiales y utilizar gafas de esquí específicas que bloqueen la radiación ultravioleta y reduzcan los reflejos laterales. Este tipo de gafas debe ofrecer protección de Categoría 4, la más alta en la escala de filtros para luz visible, con el fin de asegurar una defensa completa en entornos de alta luminosidad.

Miguel Ruiz, oftalmólogo en los centros de Miranza en San Sebastián y Vitoria, subraya que en la nieve la radiación llega al ojo desde múltiples direcciones, lo que puede irritar o incluso quemar la córnea. Según el especialista, muchas molestias que aparecen al final de una jornada se deben a la respuesta del ojo ante un exceso de luz.

Los fenómenos meteorológicos propios del invierno, como la niebla, la nieve o los cambios de luminosidad, también pueden comprometer la visibilidad. En este contexto, disponer de una graduación actualizada es determinante para evitar un esfuerzo visual añadido y mejorar la percepción de contrastes.

Óscar Gris, especialista de IMO Grupo Miranza, advierte sobre la aparición de síntomas como enrojecimiento, sensibilidad a la luz, lagrimeo, visión borrosa o sensación de cuerpo extraño. Estos signos pueden indicar complicaciones como pinguécula, pterigión, fotoqueratitis, ojo seco o cataratas.

Los expertos recomiendan realizar revisiones visuales al menos una vez al año, especialmente en personas que practican actividades en entornos de alta exposición ambiental.