Silhouette: 60 años de historia de una marca que factura más de 160 millones de euros anuales

Linz es una ciudad de algo más de 200.000 habitantes, situada al norte de Austria; en la actualidad, destaca por ser uno de los enclaves culturales de la Unión Europea.

En esa ciudad, hace exactamente 60 años, nació Silhouette gracias a la iniciativa de Anneliese y Arnold Schmied, que vieron en las gafas un producto que ofrecía grandes posibilidades de innovación. Y así, lo que fue una pequeña empresa se ha convertido en una multinacional que mueve una cifra de negocio anual de 160 millones de euros.

En 1983, según consta en los archivos históricos de Silhouette, la empresa desarrolló el SPX, un material sintético que abrió una nueva dimensión en el diseño de gafas livianas. Y, 16 años más tarde, concretamente en 1999, revolucionó el mercado con la introducción de la colección Titan Minimal, las primeras gafas de titanio sin tornillos ni bisagras.

Silhouette mueve ficha en sostenibilidad y es reconocida por su trabajo en el tratamiento de aguas

Ahora, Silhouette sigue siendo una empresa familiar (dirigida por la tercera generación de los Schmied), pero con gran proyección internacional, ya que el 95% de sus productos se destinan a la exportación; cuenta con 13 filiales, en las que trabajan 1.300 personas.

En 2022, Silhouette vendió aproximadamente 1,3 millones de pares de gafas en más de 100 países y, en paralelo, comenzó un proceso de transformación con el fin de convertirse en una empresa climáticamente neutra.

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