Este artículo forma parte el Dossier Ópticos-optometristas, guardianes de la salud visual, elaborado por Modaengafas.com.
Prestigio y reconocimiento: los ópticos-optometristas, protagonistas del nuevo Plan VEO
Por primera vez, un plan sanitario nacional coloca explícitamente a los ópticos-optometristas en el centro de la estrategia

El trabajo del óptico en el gabinete será fundamental en la aplicación del Plan VEO. FOTO: Getty Images vía Unsplash
El 26 de mayo de 2025 pasará a la historia como un día decisivo para los ópticos-optometristas. En esa fecha, por primera vez, un presidente del Gobierno acudió a la sede del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas de España para presentar un plan sanitario de alcance nacional que sitúa a la profesión en un lugar central dentro de la salud pública. Pedro Sánchez eligió ese marco para anunciar el Plan VEO, un programa que busca garantizar que ningún menor de 16 años vea comprometido su desarrollo por falta de acceso a unas gafas o unas lentes de contacto. El gesto, más allá de lo estrictamente técnico, supone un espaldarazo institucional que da a la profesión un reconocimiento largamente esperado y que refuerza su papel como el primer eslabón de la salud visual de la población.
El Plan VEO responde a una necesidad social urgente. Se estima que casi el 20% de los niños entre cinco y siete años ya es miope. Según estimaciones, la prevalencia de la miopía podría ascender al 30% en 2030, sin contar con el hecho que la miopía ya está considerada como una de las pandemias del siglo XXI por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Y la incidencia de la miopía no es un asunto menor: en la infancia, ver mal repercute en el rendimiento académico, en la autoestima y en la vida cotidiana. Además, se calcula que una de cada cinco personas prolonga durante años el uso de unas mismas gafas, lo que en el caso de los niños puede tener consecuencias graves para su desarrollo visual. En este contexto, las gafas y las lentillas se han convertido en uno de los productos sanitarios más necesarios que hasta ahora no estaban cubiertos por la sanidad pública. Con el Plan VEO, el Estado asume que la visión no es un lujo ni un accesorio, sino un derecho básico de salud.
Los colegiados ejercientes y las ópticas recibirán una comunicación personalizada en la que se detallará la fórmula para adherirse al convenio
La prestación que se pone en marcha contempla una ayuda de hasta cien euros por menor y por año para la adquisición de gafas o lentes de contacto. Si el coste del producto es igual o inferior a esa cantidad, la familia no tendrá que pagar nada. Si el precio es superior, solo deberá abonar la diferencia. En el caso de las lentes de contacto, la cobertura incluye no solo las unidades necesarias para un año, sino también los líquidos de mantenimiento. Los beneficiarios serán todos los niños, niñas y adolescentes de hasta dieciséis años con derecho a la sanidad pública, lo que convierte la medida en universal para la población infantil.
El procedimiento para acceder a la ayuda contempla dos situaciones. Cuando se trate de una primera detección, el problema visual podrá ser identificado en Atención Primaria, en el entorno escolar o por la propia familia. El menor será derivado a oftalmología en el sistema público y, si el especialista receta gafas o lentillas, la familia podrá acudir con esa prescripción a una óptica adherida al Plan. En el caso de los menores que ya usaban corrección visual antes de la entrada en vigor del programa, la ayuda se activará si un óptico-optometrista determina la necesidad de un nuevo equipo. En ambos escenarios, las ópticas sanitarias se convierten en el canal natural de acceso para las familias, lo que refuerza la función social y asistencial que desempeñan.
El Plan VEO se articula sobre un presupuesto inicial de 48 millones de euros y se prevé que entre en funcionamiento en el último cuatrimestre de 2025. Su desarrollo normativo ha incluido la aprobación de un Real Decreto que regula la prestación y la posterior firma de un convenio de colaboración entre el Ministerio de Sanidad y el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas. Este convenio establecerá las condiciones y obligaciones del Consejo como entidad colaboradora en la gestión del programa. Entre ellas se encuentra la puesta en marcha de una plataforma informática que permitirá un sistema ágil de compensación económica a las ópticas adheridas. La coordinación entre la Administración y la profesión será, por tanto, clave para el éxito del plan.
La coordinación entre la Administración y la profesión será, por tanto, clave para el éxito del plan.
Cuando se active el Plan VEO, los colegiados ejercientes y las ópticas recibirán una comunicación personalizada en la que se detallará la fórmula para adherirse al convenio, la documentación necesaria y el acceso a la plataforma de gestión. El Consejo ha advertido además de la proliferación de comunicaciones no oficiales que anuncian falsamente el inicio del programa. Se ha recordado que cualquier información legítima deberá ir acompañada de los logotipos del Ministerio de Sanidad y del Consejo General, y que cualquier actuación que induzca a error será puesta en conocimiento de la Administración por su carácter fraudulento.
El papel que corresponde a los ópticos-optometristas en la aplicación del Plan VEO es fundamental. No se trata únicamente de dispensar equipos ópticos, sino de convertirse en garantes de la correcta implantación de una medida de salud pública. En los casos de diagnósticos previos, serán ellos quienes certifiquen la necesidad de un nuevo equipo. En todos los supuestos, actuarán como el primer punto de contacto de las familias, el lugar cercano y accesible donde se materializa el derecho a ver bien. Su participación será decisiva para que la prestación llegue a quienes más la necesitan, y para que el programa se perciba como un servicio útil, eficaz y de calidad.
La trascendencia del Plan VEO va más allá de sus aspectos operativos. Supone un salto cualitativo en el prestigio de la profesión. Por primera vez, un plan sanitario nacional coloca explícitamente a los ópticos-optometristas en el centro de la estrategia. Esto refuerza su credibilidad científica y clínica, y los posiciona ante la ciudadanía como profesionales de la salud esenciales. Hasta ahora, buena parte de la sociedad vinculaba la labor de los ópticos a la venta de gafas, sin tener una conciencia clara de su papel como sanitarios. Con el Plan VEO, esa percepción se transforma: la sociedad verá en ellos a los responsables directos de garantizar que ningún niño quede sin corrección visual por motivos económicos. El prestigio se gana en la práctica diaria, pero también en la visibilidad pública que proporcionan iniciativas como esta.
Al mismo tiempo, es una oportunidad para la profesión de consolidarse como un actor clave de la salud pública
La decisión de Pedro Sánchez de presentar el Plan en la sede del Consejo General no es un detalle menor. Se trata de un reconocimiento explícito a la labor desarrollada durante décadas por la profesión, una manera de situarla en el centro de la agenda política y de conferirle la autoridad que merece. En términos simbólicos, supone un espaldarazo que dignifica el trabajo de los ópticos-optometristas y que los convierte en protagonistas de una política pública de gran calado social. La ocasión debe ser entendida como una oportunidad histórica: la de demostrar a la sociedad que la profesión está a la altura de la responsabilidad que se le otorga y que es capaz de liderar un programa que combina eficacia asistencial, compromiso social y solvencia técnica.
El Plan VEO no es solo una ayuda económica, es una herramienta de equidad social. Permite que niños y adolescentes accedan a un recurso indispensable para su aprendizaje y su desarrollo personal, sin que las dificultades económicas de sus familias supongan una barrera. Al mismo tiempo, es una oportunidad para la profesión de consolidarse como un actor clave de la salud pública, con un papel visible y reconocido. Si el programa cumple con sus objetivos, no solo se habrán dispensado miles de gafas y lentillas, sino que se habrá reforzado la confianza de la sociedad en los ópticos-optometristas, quienes aparecerán ante la opinión pública como garantes del derecho universal a ver bien.
En definitiva, el 26 de mayo de 2025 marca un punto de inflexión. Ese día, la profesión fue reconocida como parte imprescindible del sistema sanitario y se le confió la gestión de un programa de gran trascendencia social. Ahora comienza una etapa en la que los ópticos-optometristas tienen la responsabilidad de demostrar que son capaces de implementar con rigor y eficacia un plan que puede cambiar la vida de miles de niños. Su éxito no solo se medirá en términos de beneficiarios atendidos, sino en el prestigio social ganado y en el lugar conquistado dentro de la estructura sanitaria española. El Plan VEO es, en definitiva, la gran oportunidad para que la optometría española dé un salto histórico y quede definitivamente consolidada como profesión sanitaria de referencia.

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