15/07/2025

Óptico-optometrista, una profesión con mucho que aportar a la atención sanitaria

Un 91 % de los encuestados considera que la incorporación del óptico optometrista en atención primaria mejoraría la calidad y la accesibilidad del sistema sanitario

Un óptico atiende a una paciente en su establecimiento. FOTO: Getty Images vía Unsplash

¿Cómo puede ser que un óptico-optometrista, con competencias clínicas reconocidas no tenga un lugar definido en el sistema público de salud? Esa fue la pregunta que me rondó por la cabeza durante meses tras asistir a una mesa redonda en el congreso Optom 2024.

No dejaba de darle vueltas mientras repasaba los 24 temas de patología ocular que nos esperaban justo después del congreso. Aquella inquietud inicial se convirtió en una nota del móvil, y esa nota, en un correo con el asunto:

“Laura, por favor, dirígeme el TFG sobre la inclusión del óptico optometrista en el Sistema Nacional de Salud”.

Así nació mi Trabajo de Final de Grado. El objetivo era claro: conocer la situación actual del colectivo, recoger la percepción de profesionales del sector e identificar las barreras que dificultan una inclusión efectiva.  También —y de forma personal— entender cómo podría acceder a un puesto en el sistema sanitario una vez finalizados los estudios. El trabajo comenzó con un repaso del marco legal e histórico de la profesión, desde la creación de la Diplomatura en Óptica de Anteojería en 1956 hasta la reforma universitaria de 2006, que consolidó el perfil clínico y europeo del óptico optometrista.

La parte central del estudio consistió en un trabajo de campo dividido en dos fases: una encuesta cuantitativa y entrevistas cualitativas a siete profesionales clave.

Los resultados fueron claros:

● Un 91 % de los encuestados considera que la incorporación del óptico optometrista en atención primaria mejoraría la calidad y la accesibilidad del sistema sanitario.

● A pesar de ello, un 41 % sigue percibiendo que la profesión está poco integrada.

Las principales barreras señaladas fueron:

 ● Falta de reconocimiento institucional (83 %)

● Desconocimiento por parte de gestores sanitarios (65 %)

● Resistencia de otros colectivos profesionales (63 %) Además, un 82 % de los profesionales se muestra dispuesto a integrarse en el sistema público, mostrando que hay una voluntad clara y tangible por parte del colectivo.

Las entrevistas nos ayudaron a dar voz y cara a todos los números que recogimos de las encuestas. Se destacó que, allí donde la figura del óptico optometrista ya está integrada en el sistema público, actúa como un recurso eficiente que agiliza las visitas, mejora su calidad y optimiza el flujo asistencial, reforzando así el funcionamiento global del sistema.

También se propusieron medidas como la creación de una figura tipo Óptico Optometrista Interno Residente (OOIR), así como la posibilidad de reconocer ciertos establecimientos sanitarios de óptica como centros de atención visual primaria, ofreciendo así una vía de acceso directa a la atención ocular, sin pasar por listas de espera o el médico de cabecera. Este trabajo no solo me permitió investigar una realidad poco visibilizada, sino también tomar conciencia del verdadero valor asistencial y social de nuestra profesión.

Es hora de superar la visión exclusivamente comercial que aún pesa sobre los establecimientos ópticos, y reconocer al óptico optometrista como lo que realmente es: un recurso sanitario cualificado, accesible y motivado para contribuir a la salud visual de la población.

El camino hacia la integración no es fácil, pero sí posible. Y, como muchos de los entrevistados —y yo misma— defendemos, es un camino que puede hacer que el sistema sanitario sea más eficiente, humano y accesible.

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