Óptica y Audiología Universitaria coloca el foco en la población mayor de 50 años para impulsar su negocio. La compañía, que pertenece al Grupo Fielmann, ha decidido apostar por el marketing de contenidos haciendo énfasis en problemas visuales como la presbicia o la sequedad ocular.
Óptica Universitaria apuesta por el marketing para llegar a la población mayor de 60 años
Entre los principales problemas visuales más comunes a partir de los 60 años destacan la presbicia, la sequedad ocular, la pérdida de contraste y la adaptación a la oscuridad.
La empresa, es una nota de prensa, intenta explicar a la población que, “a medida que envejecemos, la salud visual se convierte en un aspecto clave para preservar la calidad de vida, la independencia y el bienestar de las personas. Es verdad que los problemas de visión pueden surgir en cualquier etapa de la vida, sin embargo, es normal que a medida que envejecemos haya síntomas oculares que vayan en aumento”.
Alicia Escuer, directora técnica y de formación, dice a través de esa misiva que la vista por sí sola se va deteriorando y poco a poco se experimentan cambios que, en muchas ocasiones, resultan difíciles de percibir o no somos conscientes de ello.
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“Podemos empezar a notar la visión borrosa, dificultades para ver de noche, o problemas al leer la letra pequeña o letreros en la calle. Si empezamos a sentir la necesidad de entrecerrar los ojos o fruncir el ceño, padecer dolores de cabeza o experimentar fatiga ocular, debemos prestar atención, ya que podrían ser señales claras de que es momento de empezar a usar gafas”, enfatiza Escuer.
También hay que estar atentos a otros síntomas que pueden ir a peor con el paso del tiempo. Por ejemplo, perderse al leer o darse cuenta de que nos falta más luz para la lectura. Ver halos de luz en los faros de los coches, las bombillas u otras fuentes de luz, o simplemente destellos de visión doble también son señales suficientes para no demorar más la revisión ocular.
Los cambios en la visión asociados con el envejecimiento son inevitables, sin embargo, podemos minimizar los síntomas asociados, lo cual nos ayudará a mantener una buena calidad visual. Entre los principales problemas visuales más comunes a partir de los 60 años destacan la presbicia, la sequedad ocular, la pérdida de contraste y la adaptación a la oscuridad.
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