A Lluís Bielsa le encanta sumergirse en todos los temas que le interesan, estén o no relacionados con su trabajo como óptico optometrista. La escritura, la colección de juguetes antiguos, la música o la relación con los animales… todo en su día a día le resulta un buen pretexto para aprender más, para disfrutar al máximo de cada minuto. “El tiempo es como el dinero”, dice, “cuando tienes mucho tiendes a desperdiciarlo, pero cuando tienes poco lo aprovechas por completo”.
Poliédrico y creativo: así es Lluís Bielsa
Comunicador por naturaleza, Lluís Bielsa escribe e ilustra sus propios libros de divulgación científica

Lluís Bielsa Elies.
Él, que empezó por inercia en esta profesión para continuar con la tradición familiar, encontró en la óptica y la optometría verdaderas vocaciones que lo apasionan. Comunicador por naturaleza, Bielsa escribe e ilustra sus propios libros de divulgación científica, se forma siempre que puede para estar al día en tendencias y prepara cursos para colegios, hospitales o allí donde haga falta una charla sobre salud visual. Estas facetas las combina con su trabajo como vicepresidente de Visión y Vida, delegado provincial del Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de Cataluña y, por supuesto, con la atención a pacientes. Él mismo se autodefine como “una persona poliédrica, un hombre del Renacimiento a escala”.
De hecho, reconoce que nunca descansa porque su cabeza siempre está creando, inventando, resolviendo… “Incluso cuando estoy viendo una peli o una serie tengo la sensación de estar perdiendo el tiempo. Tiene que ser algo que realmente me guste mucho para verlo hasta el final”.
Lluís Bielsa retoma la escritura con la publicación de ‘Tu primer manual visual’
Del niño Scout que alguna vez fue, Bielsa conserva valores como el amor por la naturaleza y los animales, la tolerancia, la responsabilidad y la capacidad de trabajar en equipo. Pero hay otro detalle de su vida que también puede estar muy relacionado con su niño interior y es su fascinación por los juguetes.
Su colección incluye modelos tan antiguos como el primer coche de fricción con motor, un taxi que conserva con patente y con el que recuerda que esas pequeñas piezas para el disfrute infantil son un buen reflejo de la sociedad de cada época. El tren de principios de siglo XX que también guarda con mimo tiene un vagón para señoras y otro para fumadores, una diferenciación impensable en nuestros días.
Mejor comensal que cocinero, disfruta con todo tipo de platos. Allá donde se ponga una escudella catalana casera que se quite todo lo demás, pero también puede saborear con gusto unos huevos rotos o una paella de mariscos “seca, delgadita y tostada”.
Los Beatles, los Bee Gees y, en general, la música de los años 60, 70 y 80 le parece perfecta para escuchar solo o en la buena compañía de Roser, su esposa desde hace más de tres décadas.

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