Lluís Bielsa Elies ha escrito un texto que debe ser leído por todos los profesionales de la salud visual, ya que aborda, en toda su dimensión, cuáles son las problemáticas que surgen en el proceso de adaptación de las lentes progresivas en los usuarios. Por esta razón, Modaengafas ha decidido reproducirlo.
Doce notas sobre las adaptaciones conflictivas a las lentes progresivas
A la novedad de empezar con los primeros progresivos añadimos un cambio óptico importante, los conflictos en la adaptación serán más relevantes
1. Montura inadecuada: Una montura estrecha limitará la visión de cerca, provocando que la vista tropiece con el borde inferior del aro, además de limitar el espacio visual próximo. Si la montura es demasiado envolvente o el ángulo pantoscópico es insuficiente y no se puede retocar, los conflictos estarán servidos.
2. Centrado incorrecto: Especialmente en los progresivos, la distancia nasopupilar debe contemplarse frente a la interpupilar, recordemos que es más habitual la asimetría. También las alturas monoculares no siempre son las mismas.
3. Postura y distancia habitual de lectura: La mayoría de los usuarios suelen levantar o bajar la cabeza respecto a la posición primaria, cuestión relevante al considerar las alturas de centrado. Una cosa es que los progresivos determinen un cierto cambio postural y otra es que pretendamos modificarlo totalmente, quien toda la vida ha ido por el mundo levantando la barbilla o cabizbajo, no se encontrará cómodo en una posición, para él, forzada. Así mismo la distancia habitual de lectura no siempre es la que entendemos como normal, no solo por la longitud de los brazos sino por los propios hábitos lectores o necesidades ocupacionales.
La mayoría de los usuarios suelen levantar o bajar la cabeza respecto a la posición primaria
4. Nuevos diseños: Un aspecto a considerar en usuarios ya habituados al uso de lentes progresivos, es el cambio en el diseño de la lente. Aunque los nuevos lentes aporten mejoras técnicas, los cambios en la longitud y amplitud del pasillo, en el inset o en las nuevas bases, pueden alargar la sensación de plena adaptación. De todos modos, la mejora inicial en la calidad visual favorece el asumir mejor el proceso de readaptación.
5, Cambios importantes de graduación: Si a la novedad de empezar con los primeros progresivos añadimos un cambio óptico importante, los conflictos en la adaptación serán más relevantes. En estos casos, conviene no apurar en exceso la nueva graduación y evitar adiciones demasiado altas. Aun ajustando a la baja para favorecer la adaptación, la mejora respecto a sus gafas anteriores será notable.
6. La visión existe más allá del gabinete: Muchos gabinetes optométricos disponen de pantallas, para la evaluación de la agudeza visual, situadas en torno a los 4 metros, implicando un leve esfuerzo acomodativo, dando lugar a que el valor de una hipermetropía, perfectamente tolerada en gabinete, no se tolere tanto en espacios abiertos (por la calle o en la conducción). Por esa razón, como norma general, conviene reducir 0.25 D el valor límite tolerable en gabinete. Para una persona miope, trabajadora habitual mirando de lejos (conducción, etc.), por el contrario, no es conveniente ajustar a la baja. En este caso un miope fuera del gabinete es un poco más miope.
Muchos gabinetes optométricos disponen de pantallas, para la evaluación de la agudeza visual, situadas en torno a los 4 metros
7. Progresivos y actividad habitual: Para personas, cuya ocupación laboral predominante sea la actividad con pantallas de sobremesa y sobre todo cuando la presbicia es significativa, el uso complementario de lentes progresivos ocupacionales permitirá una visión más cómoda y eficiente, además de que las cervicales quedarán eternamente agradecidas. La idea que hemos de transmitir sobre el progresivo ocupacional es la misma que la idea de usar casco si vamos a una obra, esto es, en el momento de empezar a trabajar con pantallas de sobremesa (exigentes de una buena y cómoda visión intermedia) nos sacamos al abrigo (los progresivos de uso habitual) y nos ponemos el “casco” de protección visual (los progresivos ocupacionales).
8. Anisometrías: El problema de las anisometropías no aparece solo por la dificultad en mantener la fusión de las imágenes monoculares, a partir de cierta diferencia de tamaño de las imágenes retinianas, también aparece por el dispar efecto prismático vertical monocular al descender los ojos para mirar de cerca. Si a esto añadimos la complejidad de diseño de la lente progresiva, los inconvenientes se multiplican. A partir de 3D de anisometropía la adaptación será conflictiva.
9. Disfunciones binoculares: Una de las disfunciones binoculares más comunes y a la vez menos consideradas en la adaptación a los progresivos es la insuficiencia de convergencia (exoforia de cerca por encima de la norma) y la insuficiencia de convergencia acomodativa (convergencia arrastrada por la acomodación: A/CA). Como sabemos, en la presbicia la relación A/CA disminuye con lo que si, además, añadimos una exoforia por encima de lo normal, es muy probable que la inestabilidad binocular provoque una cierta alternancia visual central. Sin visión binocular estable, el usuario rotará la cabeza para usar, monocularmente, la zona de cerca de la lente progresiva, concebida (salvo excepciones) para usarse en recorrido de convergencia, con el tributo de incomodidad y pérdida de calidad visual. Si la necesidad de progresivos, para todo uso, es del todo necesaria (por ejemplo, un o una conferenciante) y concurre una insuficiencia de convergencia, existe la opción de proponer el uso complementario de progresivos ocupacionales con prismas de ayuda a la fusión, como opción para la actividad continuada en visión intermedia y cercana. Recordemos que los prismas de ayuda refuerzan las reservas, por lo que su uso complementario acabará mejorando la visión de cerca en los progresivos de uso habitual.
10. Progresivos y prismas: Los lentes progresivos permiten incorporar prismas siempre y cuando su valor sea el mismo para todas las distancias. En general, cuando los encarguemos al laboratorio hemos de indicar que se fabriquen sin los prismas de aligerado. Aunque en teoría y sobre el papel no tendría que afectar, en la práctica el efecto en base inferior de los prismas de aligerado se combina con los prismas prescritos horizontales, dando lugar a componentes oblicuos, complicando el diseño de las lentes y la percepción del usuario. Si los prismas de aligerado se añaden a los de prescripción verticales, el efecto de complicación es menor, pero seguimos provocando un efecto adicional de levantar el espacio cosa que, en principio, no siempre buscamos. Cuando incorporamos prismas en progresivos, es preferible evitar componentes oblicuos para minimizar las distorsiones, en este caso la prioridad es el prisma vertical sobre el ojo hiperfórico. Los valores máximos, para minimizar los conflictos, de prismas por ojo son de 5 DPm (no se suelen fabricar progresivos de mayor valor).
11. Entrega de los lentes progresivos: En aquellos casos en los que podemos preveer conflictos en la adaptación, como por ejemplo: primeros progresivos, graduaciones especiales (anisometropías límite, prismas), perfiles psicológicos determinados…etc, la entrega de los progresivos se deberá hacer en gabinete. El usuario sentado, para evitar el estimulo visual periférico en penumbra, sólo iluminaremos el texto de cerca para que compruebe que puede leer, luego usaremos el test de lejos, en la pantalla, para que pueda experimentar la mejora a esa distancia. A continuación daremos la luz ambiente y recordaremos tres aspectos clave: 1) Los progresivos ofrecen la graduación adecuada a cada distancia, sólo hay que enseñar a los ojos a encontrarla. 2) Cuando los ojos la encuentran, lo consciente se hace inconsciente, automatizándose esta búsqueda 3) Una vez integrados los movimientos ojo/cabeza nos olvidaremos de que usamos progresivos.
12. La importancia de la pedagogía: Los lentes progresivos se recomiendan en el gabinete, por esa razón la información y la pedagogía es fundamental. La óptica es la búsqueda del equilibrio, neutralizamos una alteración con otra alteración de signo contrario, ponemos donde falta y sacamos donde sobra. Cuando este proceso se hace más complejo con los lentes progresivos, es importante explicar sus ventajas pero también sus limitaciones para no crear falsas expectativas. Actualmente, gracias a las innovaciones tecnológicas, los lentes progresivos presentan muchas más ventajas que inconvenientes, por eso es importante transmitir que, igual que todos los exámenes visuales no son iguales, tampoco lo son todos los progresivos.
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