¿Ser o no ser? - Modaengafas.com

Ante la decisión de establecernos por cuenta propia o de hacer un cambio de estrategia profesional, es muy probable que no tengamos claro por dónde empezar.

En realidad, hay que empezar decidiendo qué modelo de establecimiento queremos.

La decisión será tan simple como complejos serán los matices posteriores pero, como mínimo, habremos creado unos cimientos sólidos sobre los que descansará nuestra filosofía profesional y de empresa.

¿Queremos un modelo en el que la premisa principal es la venta de ayudas ópticas con lo que todo lo demás son añadidos?, o por el contrario: ¿queremos que la premisa principal sea el servicio profesional y las ayudas ópticas sean consecuencia del mismo?

Ser o no ser, está es la cuestión: modelo de venta de la ayuda óptica que requiere el servicio para llevarla a cabo o modelo de servicio que lleva la venta de la ayuda óptica como consecuencia del mismo.

Concretando a grandes trazos y teniendo en cuenta que cada modelo no va necesariamente del blanco al negro ya que, como en todo, hay matices:

Prioridad del objeto frente al proceso: el examen visual (básicamente “graduación de la vista”) suele ser gratuito y por tanto secundario, como gancho para ofrecer el objeto, tiempo de atención escaso (rentabilidad basada en la gran rotación), descuentos, promociones, hámster de regalo.

Prioridad del proceso frente al objeto: protocolos de examen e informes completos, cribado riguroso de signos de sospecha de patología, asesoramiento cualificado, tecnología, mayor tiempo de atención, lo que conduce a proporcionar el objeto.

Para el o la optometrista independientemente, que quiera mantenerse en el sector y además sentirse profesionalmente realizado, la elección es clara: las ayudas ópticas no sólo son “en sí” sino, sobre todo, son “consecuencia de”.