Desde hace tiempo la inclusión de los ópticos-optometristas en las consultas privadas de centros médicos y de oftalmología ha ido en aumento. Las capacidades de los ópticos-optometristas adquiridas por su titulación universitaria lo hacen imprescindible como profesional sanitario dentro del ámbito de la salud visual.
La inclusión del óptico-optometrista en Atención Primaria de Salud pública
Los cambios siempre cuestan, y algunos los impulsa la sociedad con las necesidades que tiene. No olvidemos que la OMS vaticina un augmento de la miopía y de enfermedades oculares derivadas de patologías y del envejecimiento de la población.
Lo más normal es que esta tendencia se replicara en la sanidad pública. En Cataluña, así ha sido, siendo una de las pioneras: desde hace años contamos con ópticos-optometristas dentro de la atención hospitalaria. De este modo, es posible que los médicos oftalmólogos pueden delegar las pruebas necesarias a los ópticos optometristas para después valorar los tratamientos a seguir con los pacientes. La consecuencia de este trabajo en común es clara: mejor atención al paciente y mayor rapidez en la detección de posibles enfermedades. Esto implica un mejor pronóstico y tratamiento.
De media, en 2022, las listas de espera en Cataluña para consultas en oftalmología eran de tres meses y, en cuanto a las intervenciones, podían llegar a los cinco meses. La pandemia incrementó el tiempo de espera en núcleos con mayor población. Por ello, parece que lo más correcto, y así se ha comprobado, sea que el óptico optometrista, siempre siguiendo unos protocolos bien establecidos, haga un cribado de los pacientes. Un porcentaje elevado de casos se puede solucionar en la consulta de optometría. También se puede establecer la derivación al oftalmólogo en función de la urgencia. En consecuencia, mejora la salud visual del paciente y se consigue una mayor recuperación del problema ocular, además de reducirse las listas de espera y de permitir un mayor tiempo de dedicación por paciente por parte del médico oftalmólogo.
Los cambios siempre cuestan, y algunos los impulsa la sociedad con las necesidades que tiene. No olvidemos que la OMS vaticina un augmento de la miopía y de enfermedades oculares derivadas de patologías y del envejecimiento de la población.
La inclusión del óptico optometrista dentro del sistema sanitario en atención primaria es algo posible, al igual que sucede en otras profesiones sanitarias. No hay ningún elemento en contra que diga que el trabajo multidisciplinar mejoraría la atención al paciente y la resolución de problemas de una forma más efectiva.
En una encuesta reciente realizada por el Col·legi Oficial d’Òptics Optometristes i Òptiques Optometristes de Catalunya entre profesionales que ejercen en la sanidad pública, algunos manifiestan que ya están haciendo sus funciones en atención primaria, con protocoles establecidos dentro de su centro de atención primaria y otros están haciendo atención primaria a través del departamento de oftalmología.
Falta que esta transformación, que es una necesidad, sea respaldada por la administración de forma clara y que podamos transmitir a la sociedad el mayor bienestar posible.
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