Este artículo forma parte del Cuaderno de Innovación 2024 de Modaengafas.com que, en esta ocasión, coloca el foco en la inteligencia artificial (IA).
La IA y la nueva dimensión de las terapias visuales
La tecnología ha dado un nuevo impulso a las terapias visuales, ya que mejoran la interrelación con los usuarios
La vida tiene muchas paradojas y una se está dando en el ámbito de la salud visual. Por un lado, la evolución de la tecnología ha modificado los hábitos de la población y, por ende, el uso intensivo de las pantallas, lo que ha contribuido a desencadenar problemas como el de la miopía.
Pero, por otra parte, la tecnología ha dado un salto sin precedentes, sobre todo, con la inteligencia artificial (IA) que está revolucionando las terapias visuales, ofreciendo nuevas herramientas y metodologías para diagnosticar, tratar y monitorear problemas visuales.
Sin embargo, las terapias visuales no solo sirven para solucionar problemas, pues, también se están utilizando para entrenar habilidades. Por ejemplo, los deportistas las usan para mejorar el tiempo de reacción, la coordinación ojo-mano y la precisión en el enfoque.
Sí, las terapias visuales cada vez más son parte de las ópticas.
DE LA MIOPÍA A LA AMBLIOPÍA
En efecto, se puede afirmar que el uso de las terapias visuales por parte de los profesionales de la salud visual va creciendo en la medida en que los problemas visuales aumentan entre la población. Y no nos referimos solo a la miopía, sino también a los problemas de enfoque, de coordinación ocular, fatiga visual, etcétera.
En este contexto, en los últimos años, se ha puesto el énfasis en la miopía porque, de manera fundamental, se está cebando entre niños y adolescentes. Se trata de un segmento de la población que, al 100%, lo integran por nativos digitales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la miopía será una de las pandemias del siglo XXI, tanto así que, en 2050, afectará a la mitad de la población mundial.
Pero la miopía no es el único problema visual de nuestros tiempo: la ambliopía, por ejemplo, va ganando protagonismo y, como advierten desde el Instituto Barraquer, si no se diagnostica y trata a tiempo persistirá durante la edad adulta. “Es el motivo más frecuente de pérdida de visión en los niños y jóvenes en los países desarrollados, y afecta al 3-4% de niños en edad escolar”,
Un estudio realizado en 2022 para el programa de Doctorado en Ciencias de la Salud. Universidad Católica San Antonio de Murcia cuyo objetivo fue estimar la prevalencia del ojo vago y su tratamiento en niños de preescolar de la provincia de Alicante durante un periodo de larga duración, así como la influencia de diferentes factores sociodemográficos, arrojó unos resultados preocupantes.
La prevalencia de la sospecha de ambliopía fue alta en el área de estudio, siendo los niños de mayor edad y los niños pertenecientes al grupo de nivel socioeconómico más bajo los de mayor riesgo. “Los programas de cribado escolar para la detección temprana de la ambliopía son recomendados para aumentar y equiparar la probabilidad de acceso al tratamiento, reduciendo así la prevalencia y la gravedad de la ambliopía en niños”.
Así, las terapias visuales van ganando en importancia, porque tienen la capacidad de mejorar el potencial de la visión y corregir problemas visuales, estableciendo nuevas conexiones y nuevos esquemas neuronales siguiendo planteamientos personalizados y adecuados para cada paciente.
En este contexto, la tecnología se ha convertido en una gran aliada para los profesionales de la salud visual. En los últimos años ha tenido lugar el desarrollo de unos softwares que, a través del gaming, permiten realizar terapias visuales.
Por ejemplo, Wivi Visión cuenta con un software para evaluar más de 50 parámetros de cinco áreas visuales diferentes, proporcionando datos objetivos en tiempo real. Además, hace que el sistema se reajuste automáticamente según las respuestas del paciente.
Al respecto, Lluís Bielsa, director técnico de Bielsa Optics, sostiene que técnicas de este tipo son fiables, “porque parten de un planteamiento riguroso”, aunque puede suceder “que el profesional que las utilice dé (al paciente) unas expectativas que no sean reales”.
“La terapia visual tiene una parte con evidencia científica, otra sin evidencia científica pero con utilidad clínica y finalmente la que no tiene ni una cosa ni otra. Recientemente se ha recuperado el término ‘ortóptica’ que en sentido original se centraba en el estrabismo para extenderlo a la terapia visual en general pero con evidencia científica”.
“Por otra parte, a menudo se habla de la terapia como una opción única cuando en realidad puede complementar la función de las ayudas ópticas (gafas o lentillas); de hecho muchos problemas binoculares se pueden tratar solo con ayudas ópticas, otros se podrán complementar con ortóptica y otros solo con ortóptica, depende de cada caso”, sostiene Bielsa.
LA DMAE Y LA REHABILITACIÓN VISUAL
A escala mundial, la prevalencia de la DMAE fue del 8,7%, siendo la responsable de 196 millones de casos de pérdida de agudeza visual o ceguera en 2020. Se prevé que, para 2040, afecte a 288 millones de personas.
En lo que a España se refiere, su prevalencia temprana es de un 15% en las personas entre 65 y 74 años, de un 25% en las de 75 a 84 años y del 30% en los mayores de 85 años. Las cifras concretas que se manejan son de una incidencia de 14.748 casos nuevos de DMAE exudativa.
De hecho, se calcula que existen unas 700.000 personas con DMAE en España, pero la estimación dice que más de la mitad está sin diagnosticar, por lo cual, es un problema grave de salud pública.
Entre los casos detectados, la tecnología se ha convertido en un aliado de las personas afectadas, siempre de la mano de un profesional de la salud visual.
Begoña Gacimartín, directora de Orduna e-Learning, explica que la rehabilitación visual en DMAE está enfocada actualmente en dos abordajes diferentes y a veces complementarios.
El primero de ellos es la rehabilitación visual pasiva, donde tras la evaluación especializada del paciente se prescriben ayudas de diversa índole, ópticas, no ópticas y electrónicas. “Un ejemplo sería la prescripción de un telemicroscopio para la lectura y ver la televisión, por ejemplo o entrenar al paciente en el uso de distintas Apps. Estas prescripciones de ayudas especializadas necesitan un entrenamiento personalizado”.
“Por otro lado, más recientemente, basados en evidencia y guías clínicas de los últimos seis años, nos enfocamos primero en la rehabilitación visual perceptual, en la que tras examinar al paciente mediante sistemas de realidad aumentada y microperimetría podemos evaluar la visión funcional en distintos ítems, para posteriormente customizar un sistema de inteligencia artificial en función de la situación y necesidades del paciente”.
“La inteligencia artificial y la realidad aumentada suponen un cambio de paradigma en la rehabilitación visual perceptual, ya que permiten un cambio a nivel cerebral en el Córtex visual más sostenido en el tiempo, y que el paciente puede realizar desde su domicilio ahorrando visitas y desplazamientos. Además el programa inicial de rehabilitación es modificado por inteligencia artificial en función de interacción del paciente, aumentado o disminuyendo su grado de dificultad”
Así, dice Gacimartín, el paciente trabaja de forma remota desde casa, y el optometrista puede constatar desde consulta la evolución del paciente y revisarlo cuando es necesario. “Con estos programas conseguimos producir un cambio en la corteza visual primaria, y una optimización mayor del resto visual del paciente. Sin duda esta será la opción más usada en los próximos años, aunque es necesario realizar más estudios que nos permitan confirmar la eficacia de estos tratamientos optométricos”.
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