Para una pequeña hormiga caminando sobre una sandía, el suelo que pisa es plano.
La hormiga sandioplanista o el orificio milagroso
El agujero estenopeico, además de permitirnos recrear la cámara oscura del gran Leonardo da Vinci, nos permite evaluar, en el examen optométrico, la potencial capacidad óptica de los ojos en cuanto a discriminar detalles
También lo es para un marino oteando el horizonte, cuyo pequeño tamaño respecto a la enorme sandía terrestre aún es más extremo.
El considerar una pequeña parte de una gran curva hace que parezca plana. En esto se basa el agujerito milagroso capaz de conseguir una buena vista sin ayudas ópticas.
Si miramos por un agujero de pequeñas dimensiones (no muy pequeñas para no interferir la naturaleza ondulatoria de la luz: lo ideal es entre 0,8 y 1,5 mm), viene a ser como si miráramos a través de un sistema de lentes plano y por tanto sin desenfoque: la luz sigue su trayectoria rectilínea sin que los rayos más alejados del eje visual entorpezcan la capacidad de diferenciar detalles.
Este agujerito, en apariencia milagroso, se conoce como “estenopeico” (del griego “ope”: agujero y “esteno” estrecho).
El agujero estenopeico, además de permitirnos recrear la cámara oscura del gran Leonardo da Vinci, nos permite evaluar, en el examen optométrico, la potencial capacidad óptica de los ojos en cuanto a discriminar detalles.
Mejorar la Agudeza Visual, con el estenopeico, quiere decir que necesitamos ayuda óptica para ver mejor.
Si ya somos usuarios de gafas o lentes de contacto y también se produce una mejora, indica la necesidad de actualizar nuestra graduación.
Si la agudeza visual se encuentra por debajo de la norma y no mejora, o mejora muy poco, con el estenopeico, es probable que el problema visual no sea debido ( o no sólo sea debido) a una alteración óptica, sino que podrá existir una falta de transparencia de medios, una enfermedad en la retina, vías ópticas o áreas visuales que requerirá atención oftalmológica.
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