
Por ERIC PAPAS
PhD, BSc (Optom.), BSc (Física), DipCL
Profesor emérito
Departamento de Optometría y Ciencia de la Visión
Universidad de Nueva Gales del Sur
Sídney, Australia
Quizás, la mayor innovación tecnológica en lentes de contacto desde que se convirtieron en una realidad práctica hace más de un siglo, ha sido hacerlas blandas y flexibles
Evolución de las lentes de contacto.
Por ERIC PAPAS
PhD, BSc (Optom.), BSc (Física), DipCL
Profesor emérito
Departamento de Optometría y Ciencia de la Visión
Universidad de Nueva Gales del Sur
Sídney, Australia
Como ocurre en todos los aspectos de la vida, entender los factores que impulsan el cambio y las maneras de adoptar y usar nuevas tecnologías es fundamental para avanzar en la atención sanitaria. Este es sin duda el caso de la salud ocular y el cuidado de la visión, en que la increíble evolución de las lentes de contacto es un ejemplo claro.
Quizás, la mayor innovación tecnológica en lentes de contacto desde que se convirtieron en una realidad práctica hace más de un siglo, ha sido hacerlas blandas y flexibles. Si bien la patente de Tuohy para las lentes corneales en 1950¹ supuso la posibilidad de ver sin gafas para muchas personas, hubo que pagar el precio de la incomodidad, ya que los usuarios debían acostumbrarse a tener dos trozos de plástico duro en los ojos. Me vienen a la mente las dificultades de un amigo de la universidad: incluso después de semanas de ir aumentado lentamente el tiempo de uso, seguía mirando con los ojos saltones, lo que delataba su resistencia a parpadear.
Las lentes blandas lo cambiaron todo. Por su facilidad para adaptarse a ellas, no es de extrañar que las lentes de contacto blandas dispararan la popularidad de las lentes de contacto en general.
Las primeras lentes de contacto blandas eran de pHEMA, un material inventado por Wichterle y Lim en la década de 1950². El polímero de aquel entonces tenía propiedades que siguen siendo importantes incluso para las lentes actuales. Primero fue su blandura, gracias a un módulo de elasticidad bajo, una propiedad que brinda una mayor comodidad. Sin embargo, tiene el inconveniente de que puede hacer que las lentes sean relativamente frágiles. En segundo lugar, dado que el polímero absorbe el agua, tiene cierta permeabilidad al oxígeno y es bastante humectable en el ojo.
A medida que el uso de las primeras lentes blandas se fue extendiendo, se hizo más evidente que la cantidad de oxígeno que llegaba a la superficie solía ser inadecuada.
En torno a 1993, el proyecto SEE3 tenía como objetivo fabricar un material de lente blanda permeable al oxígeno y tuve la suerte de participar como uno de los científicos clínicos principales.
Al recordar este proyecto, es interesante ver cómo la permeabilidad al oxígeno, la humectabilidad y la blandura se encontraban, efectivamente, en una disputa de tres frentes. Francamente, conseguir que el oxígeno pasara a través de la lente fue lo más fácil. Para los químicos especializados en polímeros, simplemente fue cuestión de incorporar silicona en el material.
Desafortunadamente, hubo consecuencias no deseadas. Muchos de los ensayos iniciales produjeron lentes que tenían una fantástica permeabilidad al oxígeno, pero eran demasiado rígidas o hidrófobas. Estos prototipos ofrecían una comodidad clínicamente inaceptable, una humectabilidad deficiente o ambas cosas. Otro inconveniente era que, igual que ocurría con los materiales de elastómeros de silicona que se habían probado anteriormente, la lentes tendían a quedarse pegadas en el ojo.
Finalmente, los esfuerzos coordinados de un equipo de científicos especializados en materiales, químicos de polímeros y profesionales de la visión nos permitieron superar estos retos³ y crear un polímero con una permeabilidad al oxígeno que superaba a la de los hidrogeles convencionales, a la vez que era blando y cómodo. Las lentes tenían una buena tolerancia en los ensayos clínicos y no presentaban complicaciones relacionadas con la hipoxia que se habían vuelto tan habituales. También había un bonus bastante inesperado.
Por lo general, las lentes blandas convencionales se asociaban a una ligera hiperemia limbal que normalmente se veía como una consecuencia inevitable del uso⁴. Los ojos que llevaban las nuevas lentes SiHy parecían librarse de este efecto y, de hecho, se veían notoriamente más blancos de lo esperado⁵. Descubrir que las lentes blandas podían llevarse sin el enrojecimiento limbal asociado, siempre que tuvieran suficiente transmisibilidad al oxígeno, es uno de los beneficios duraderos de las lentes SiHy⁵.
Por muy revolucionarias que fueran las primeras lentes SiHy tras su lanzamiento en 1998, no estuvieron exentas de problemas. Los usuarios de lentes convencionales a veces comunicaban que al principio, con el nuevo hidrogel de silicona, las lentes eran algo menos cómodas que antes, problema que se resolvió después con incrementos de ajuste adicionales para mejorar el ajuste de la lente.
Eso sucedió no mucho antes de que estuvieran disponibles las lentes SiHy con módulos comparables a los hidrogeles convencionales. Este logro ha permitido entender mejor la manera en que se puede optimizar la correcta adaptación de la lente al separar las propiedades del material de la superficie de las propiedades del cuerpo principal de la lente. Se puede ver en muchas de las lentes actuales, por ejemplo, aquellas cuyo material tiene unas propiedades que aumentan el contenido de agua desde el núcleo de la lente hasta la superficie exterior. La idea de una superficie que parece y se comporta como el tejido ocular es irresistiblemente atractiva y ofrece el potencial de una mejor compatibilidad. Incluso puede ayudar a resolver las molestias al final del día, que siguen siendo un problema para muchos usuarios y pueden provocar que estos dejen de usar las lentes.
Por AGATHE ACCHIARDO
Futurista de la salud, Think Next
Barcelona, España
Casi ninguna parte del cuerpo se ve tan afectada por un mundo cada vez más digital que los increíbles órganos que nos permiten experimentarlo: los ojos. Para los millones de personas que llevan lentes de contacto —y el número cada vez mayor de usuarios futuros⁶—, la evolución de estos productos brinda apasionantes oportunidades para mejorar la visión y la salud.
Sin embargo, los aspectos fisiológicos de las lentes de contacto no son los únicos que determinan el éxito. Los avances en la fabricación han contribuido a hacer realidad el reemplazo frecuente. Si no se opta por las lentes desechables diarias, las características de las lentes se pueden ajustar a calendarios de reemplazo menos frecuentes, cualquiera de los cuales puede favorecer un uso óptimo.
Las lentes de contacto blandas nos han demostrado las increíbles posibilidades de las mejoras continuas. Los profesionales de la visión han demostrado voluntad para integrar nuevas tecnologías —me vienen a la mente la tomografía de coherencia óptica y la fotografía de fondo—, y la innovación acelerada en lentes de contacto brinda una oportunidad similar.
Con los avances tecnológicos y de modalidad que están por venir, los profesionales de la visión tendrán que adoptar el cambio para ofrecer la mejor atención posible a sus pacientes.
Obviamente, los avances en los materiales de las lentes, las propiedades de la superficie y los calendarios de uso deberán continuar y, en muchos casos acelerarse, para ofrecer una experiencia de uso que siga el ritmo de las formas cambiantes en que vemos el mundo y las mejore.
Quizás es más tentadora aún la promesa, en un futuro cercano, de avances que situarían las lentes de contacto en el centro de la salud personalizada, evolucionando de herramientas estrictamente correctoras a productos sanitarios proactivos. Estos cambios probablemente necesitarán un replanteamiento de los calendarios de reemplazo de las lentes y las cuestiones de sostenibilidad, adaptados al reemplazo semanal o mensual en lugar de diario.
Si bien la función principal de las lentes de contacto seguirán siendo para muchos pacientes corregir la visión de forma cómoda y excepcional, podemos considerar cada vez más estos productos como una plataforma única para el avance de la visión y la salud de todo el cuerpo.
REFERENCIAS
Fortune Business Insights. Contact Lenses Market (2023–2030)
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