El invierno está a la vuelta de la esquina y, con él, las primeras nevadas, lo que trae consigo algunos problemas para la visión. La nieve puede reflejar hasta un 80% de la luz solar, intensificando los efectos de una exposición prolongada a la radiación ultravioleta. Como consecuencia, la falta de protección adecuada puede generar diversas lesiones oculares.
De la fotoqueratitis al pterigión: los peligros de la nieve para la ojos
Tomar precauciones contra la radiación ultravioleta del sol debe ser una prioridad para proteger los ojos y seguir disfrutando de la nieve sin preocupaciones
En este contexto, Miranza ha lanzado una campaña de salud visual para alertar a las personas sobre la necesidad de cuidar los ojos en esta temporada, especialmente a aquellos que son amantes del esquí.
«Tomar precauciones contra la radiación ultravioleta del sol debe ser una prioridad para proteger los ojos y seguir disfrutando de la nieve sin preocupaciones», afirma Daniel Elies, director médico de IMO Grupo Miranza en Madrid. «En cualquier situación de montaña con nieve y alta reflectividad, el problema es que la incidencia de los rayos no solo es de arriba hacia abajo, sino también de abajo hacia arriba, debido al reflejo de la nieve».
Las complicaciones oculares más comunes durante la temporada de esquí incluyen lesiones como la pinguécula (una protuberancia que crece en la conjuntiva, la membrana que recubre la parte blanca del ojo) y el pterigión (crecimiento de la conjuntiva que invade la córnea), así como fotoqueratitis, ojo seco y cataratas. Algunas de las principales señales de alerta son enrojecimiento ocular, sensibilidad a la luz, lagrimeo, visión borrosa o la sensación de un cuerpo extraño.
«También el cansancio ocular, la irritación y las molestias pueden aparecer debido a la exposición a agentes externos como el frío, el sol y el viento», explica el Dr. Elies.
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