Tormenta anunciada (Antes de la miopía)

El niño o niña potencialmente miope ya ha abandonado la hipermetropía antes de tiempo. Siendo emétrope, referirá visión borrosa de lejos aún con agudeza visual normal en el gabinete. Esta queja de visión borrosa no obedece a una sensación continua, sino que es eventual.

Debido a un retardo en la adaptación a los cambios de distancia de enfoque, por un déficit en la función acomodativa (escasa amplitud, baja flexibilidad), la sensación de borrosidad aparece al pasar de mirar de cerca a lejos o viceversa.

Con el tiempo, los episodios de borrosidad son cada vez más frecuentes y largos, creando pseudomiopías que actúan como factor de penalización, elemento que favorece la elongación axial.

Otro signo de alerta es el uso de una distancia de lectura corta.

Si bien es cierto que un reflejo visuo postural corto puede ser debido a buscar la penalización binocular en una exoforia al forzar la distancia de convergencia, en el caso del miope potencial el comportamiento es con otro propósito.

El objetivo de acercarse al leer es priorizar el tamaño de los caracteres frente a la nitidez de sus bordes: más tamaño es igual a menos esfuerzo.

Por otra parte, una distancia de lectura corta estimula la endoforia. El plano visual se contrae y el sistema se tensa.

Observemos como niños o niñas que se acercan mucho al leer o escribir, emétropes con déficits acomodativos y más o menos endofóricos, alejan inmediatamente su reflejo visuo postural frente al efecto de los positivos.

Las lentes convergentes no solo relajan el esfuerzo de identificación sino también relajan la endoforia. No olvidemos que además de pseudomiopías, en las fases previas a la aparición de la miopía también encontramos falsas endoforias.

Por esa razón es importante saber qué sucede de cerca, tanto en monocular como en binocular, aunque la apariencia sea de normalidad. Restringir el examen a la refracción a distancia, es obviar una parte fundamental de la función visual.

Nuestra visión, creada de manera natural para ver de lejos y en espacios abiertos bajo la luz solar, se enfrenta a unas intensas y extensas demandas de cerca y en espacios cerrados, resultando previsible que intente adaptarse como sea: máxima eficacia con mínimo esfuerzo.

Frente a ese proceso particular de adaptación al mundo de cerca, el sistema visual del potencial miope acaba por hacer concesiones de lejos en forma de visión borrosa, a cambio del nuevo equilibro visual próximo, porque la naturaleza suele no dar nada a cambio de nada, salvo que intervengamos.

Y es que el examen sistemático y universal de la visión de cerca, con las ayudas y estrategias específicas, es clave en la prevención, control y seguimiento de la miopía.