La visión cromática y el chico que bautizaba grises

Aunque es muy poco frecuente, algunas personas no perciben el color y ven el mundo como una película en blanco y negro. Suelen disponer de una baja agudeza visual por carecer de conos. Los conos son fotorreceptores que no solo se encargan de la visión cromática, también son responsables de la agudeza visual por estar especializados en diferenciar estímulos muy pequeños.

Si no existen conos o no están operativos no puede haber una buena «vista»… salvo excepciones. Existe otra alteración más excepcional y sorprendente, personas con una visión absolutamente acromática pero con una agudeza visual normal. Para ellas, el problema no es la ausencia de conos, sino su incapacidad de procesar el color.

Un caso realmente sorprendente y que tuvimos ocasión de detectar, es el de un chico capaz de identificar 21 tonos de gris distintos, asignando a cada uno de ellos un nombre de color específico, con seguridad y sin equivocarse. En apariencia «ve» el color cuando no es así, bautiza los distintos tonos de gris con el nombre del color específico con seguridad y rapidez. De esta manera, en la escuela aprendió a conocer los colores como los demás niños con la diferencia de que eran “sus” colores, tan suyos como para camuflar su peculiaridad.

En realidad, cuando le vimos por primera vez y lo detectamos con 12 años de edad, aún no lo había descubierto ni él mismo.

Para esta persona el mundo, visto como un televisor en blanco y negro, es igual de interesante que el percibido por la mayoría de la población con todos los colores del arco iris. En el otro extremo, algunas mujeres dotadas de un gen determinado son capaces de ver el entorno con una riqueza cromática aún mayor de la habitual. Esta condición se conoce como tetracromatismo.