Este artículo forma parte del Cuaderno Un mundo en desenfoque: de la miopía al astigmatismo, editado por Modaengafas.com.
La ortoqueratología en los nuevos tiempos
El aumento alarmante de la miopía en la población infantil en los últimos años ha sido una fuerza motriz clave en el avance de la ortoqueratología
Por Joan Pérez Corral para Modaengafas.com
Hace ya más de 60 años que se adaptaron las primeras lentes de contacto con la finalidad de moldear controladamente la córnea. Sin embargo, ha sido en las últimas dos décadas cuando la ortoqueratología, técnica también conocida como orto-k, ha experimentado una extraordinaria evolución, convirtiéndose en una opción destacada para compensar algunos defectos refractivos sin el uso constante de gafas o lentes de contacto.
Este progreso se ha gestado gracias a una amalgama de factores. En primer lugar, los relacionados con avances tecnológicos en el instrumental de gabinete, nuevos materiales y diseños avanzados de lentes. Por otro lado, la necesidad imperante de controlar la miopía en niños y adolescentes. Y tercero, como catalizador de todo ello, la aceptación profesional de la orto-K como una opción de corrección visual eficaz y segura.
Hoy en día no hay duda alguna que es totalmente imprescindible disponer de un topógrafo corneal para realizar orto-k. Este instrumento nos va a ayudar a decidir si la córnea de un paciente es apta o no para realizar sobre ella el tratamiento; nos va a guiar en el diseño de la lente de contacto y nos va a permitir realizar un exhaustivo seguimiento temporal del moldeo corneal. Hace 30 años era impensable contar con un topógrafo corneal en un centro óptico. De hecho, yo mismo empecé haciendo ortoqueratología (diurna) con un queratómetro e indicando al paciente que mirase a los diferentes puntos cardinales, para posteriormente aplicando unas fórmulas calcular la excentricidad corneal. Sí, muy, muy rudimentario… pero fue mi inicio.
Hoy en día no hay duda alguna que es totalmente imprescindible disponer de un topógrafo corneal para realizar orto-k
En la actualidad, gracias a la democratización en términos de oferta y reducción de costes de los topógrafos corneales, se ha llegado al punto en que en la gran mayoría de las ópticas donde se practica contactología avanzada, haya uno de estos dispositivos.
Acabo de decir que inicié mi aventura del apasionante viaje de la ortoqueratología con lentes “diurnas”. Así fue. Los pacientes usaban sus lentes de contacto unas cuantas horas por la mañana, para tras retirarlas a medio día, tener una buena visión por la tarde. Pensándolo en perspectiva, aquello no tenía mucha practicidad. Pero el interés de los pacientes y la pasión de los profesionales empujaba.
Gracias a la aparición de nuevos materiales, que permitieron un uso seguro de las lentes en modalidad nocturna, la ortoqueratología adquirió todo el sentido. Ahora sí: ¡duerme con unas lentes de contacto, y al despertar, te las quitarás y casi por obra milagrosa (como algunos pacientes verbalizan), vas a disfrutar de una muy buena visión durante todo el día sin la necesidad de usar gafas o lentes de contacto!
La evolución tecnológica de los topógrafos no se limita al hardware. El software también ha sido revolucionario
La evolución tecnológica de los topógrafos no se limita al hardware. El software también ha sido revolucionario. Hoy en día, es posible diseñar con algunos sistemas una lente de Ortoqueratología totalmente personalizada para las características únicas e individuales de un paciente, sin ni siquiera haber puesto una lentilla sobre ese ojo. ¡Y funcionan en la mayoría de las ocasiones a la primera! Pude corroborarlo en el desarrollo de mi tesis doctoral, que versó sobre ortoqueratología y biomecánica corneal. No obstante, es así mismo de agradecer la posibilidad de disponer de bancos diagnósticos de lentes, a través de los cuales, junto con los nomogramas que nos proporcionan los laboratorios, hallar la lente más ajustada para nuestros pacientes.
Y esto nos lleva a otro avance: la amplia oferta de diseños/laboratorios/distribuidores que tenemos en el mercado español.
Yo que suelo ofrecer cursos de ortoqueratología por diferentes países, veo que España es referencia para aquellos que se están iniciando en esta técnica. Disponemos de diseños para tratar miopía, hipermetropía, astigmatismo e incluso aparecen geometrías específicas para córneas post-lásik y prometedores tratamientos para présbitas. Y no olvidemos las últimas personalizaciones cuando se trata de adaptar lentes de ortoqueratología para control de miopía.
Es muy habitual encontrar ponentes españoles en los congresos más importantes a nivel mundial en el ámbito de la contactología
Pero no solo por la oferta comercial destaca nuestro país. Es muy habitual encontrar ponentes españoles en los congresos más importantes a nivel mundial en el ámbito de la contactología en general y de la ortoqueratología en particular, y desde hace unos años, íntimamente ligada al concepto del control de la miopía.
De nuevo, regresando a 20 años atrás, las lentes se adaptaban mayoritariamente a pacientes adultos que querían prescindir de sus gafas o lentes de contacto diurnas. El aumento alarmante de la miopía en la población infantil en los últimos años ha sido una fuerza motriz clave en el avance de la ortoqueratología. La capacidad del tratamiento para frenar la progresión de la miopía en niños y adolescentes, avalada por la constante publicación de artículos que así lo concluyen, ha generado un interés creciente en esta técnica, tanto por parte de los profesionales de la salud, como de los padres preocupados por la salud visual de sus hijos.
Y cuando digo profesionales de la salud me refiero tanto a ópticos-optometristas como a oftalmólogos. El hecho de que muchos centros oftalmológicos ya tengan unidades de contactología avanzada donde se adaptan lentes de ortoqueratología no quiere decir que todos los oftalmólogos sean partidarios de la orto-k. Lo mismo ocurre con los ópticos-optometristas. En esta línea de pensamiento apuntar que se ha demostrado que la ortoqueratología es segura, pero como toda actividad clínica, no está exenta de riesgos. Bajo mi humilde opinión, no ver con buenos ojos la ortoqueratología tiene su origen en una falta de información.
No ver con buenos ojos la ortoqueratología tiene su origen en una falta de información
Y esto de nuevo, me lleva a otro punto que ha hecho avanzar la técnica.
La formación. En la actualidad, y aunque de una forma muy somera, la ortoqueratología empieza a formar parte de los planes de estudio de los diferentes Grados en óptica y optometría que se ofrecen en las diversas universidades españolas. Pero los que ya nos diplomamos hace unos años, no tuvimos esa oportunidad. Ha sido gracias a la labor de algunos compañeros, que no voy a enumerar por temor a dejarme alguno en el tintero, que hemos difundido por todo el territorio nacional una extensa e intensa oferta formativa en orto-k. Aunque… ello fue antes de la pandemia de la covid 19. El confinamiento supuso un antes y un después en la formación. Los profesores empezamos a ofrecer cursos on-line. Como alumnos, nos acostumbramos rápidamente a gozar de las ventajas de recibir formación sentados cómodamente ante la pantalla del ordenador en nuestra casa. De nuevo, democratización, esta vez de la formación. Sin tiempos ni distancias. Pero, la ortoqueratología es una actividad clínica donde hay procedimientos que hay aprender “tocando”, por lo que creo que los cursos que se siguen realizando presencialmente, tienen todo su sentido.
En conclusión, la ortoqueratología ha experimentado una metamorfosis notable en los últimos 20 años, respaldada por avances tecnológicos, una orientación hacia el control de la miopía en niños y adolescentes, cambios en la percepción social de la salud ocular y la firme aceptación por parte de los profesionales de la salud visual. Profesionales que han abrazado la orto-K como una herramienta valiosa en su arsenal de opciones de corrección visual. La capacidad de personalizar el tratamiento para adaptarse a las necesidades específicas de cada paciente ha fortalecido su posición en el campo de la optometría y la oftalmología.
A medida que la investigación continúa y la tecnología evoluciona, es probable que veamos aún más mejoras en la ortoqueratología. Al igual que en muchos ámbitos del conocimiento, probablemente la inteligencia artificial (IA) nos ayudará a elegir el mejor diseño y los mejores parámetros de la lente para cada paciente. O incluso ante un caso que impresionando a priori ser óptimo para recibir el tratamiento, la combinación de múltiples variables introducidas, analizadas, procesadas y gestionadas por IA nos diga que no lo es tanto.
Suscríbete a la newsletter de modaengafas.com