León, 1925. La Gafa de Oro abre sus puertas en los bajos de la Casa Lorenzana, en lo que hoy es el número 4 de Ordoño II. Sí, desde ese año, el rótulo ese negocio -un rótulo de diseño art-nouveau- con sus letras rojas sobre el fondo blanco se convirtió en parte del paisaje de la ciudad.
La Gafa de Oro, ‘mirador’ y memoria de León
Obviamente, el rótulo de La Gafa de Oro no puede equipararse a la Catedral de Santa María de Regla (el mejor ejemplo del gótico clásico de estilo francés en España), o de la Basílica de San Isidoro (una de las iglesias románicas más importantes del país, que también es considerada como la Capilla Sixtina del arte románico), pero tiene una importancia suprema para los miles de leoneses que han crecido viéndolo cada día.
La Gafa de Oro fue fundada por el vallisoletano Francisco Lorenzo, quien falleció el 2 de agosto de 1997, a los 96 años, según consta en el blog El León Curioso.
Lorenzo aprendió el oficio a muy corta edad, trabajando en Óptica Alcañiz, en su Valladolid natal. Cuando creyó que había llegado el momento de independizarse, lo hizo, pero no en su ciudad, sino en León, siguiendo el consejo de una viajante. “Ahí tendrás muy poca competencia”, le dijo.
La apertura de La Gafa de Oro fue todo un acontecimiento en León que, por aquellos años, contaba tan solo con 25.000 habitantes. De hecho, el establecimiento se hizo popular con rapidez, gracias a la pasión que Francisco Lorenzo tenía por la fotografía.
CAPTANDO LEÓN DESDE LA GAFA DE ORO
Desde su óptica y con su cámara, Lorenzo inmortalizó varios sucesos que marcaron el devenir de la ciudad como, por ejemplo, el de la Guerra Civil. Las fotografías -casi 10.000- han sido depositadas en la Filmoteca de Castilla y León por Felisa Lorenzo Martín, una de sus hijas.
Felisa se hizo cargo de La Gafa de Oro en los ochenta y, a finales de los noventa, tras una limpieza exhaustiva del local, halló las fotografías almacenadas en armarios, estantes y rincones, donde habían estado guardadas durante décadas.
La Gafa de Oro funcionó durante 75 años, pero, a pesar del cierre, el rótulo permaneció en la fachada del edificio, como una huella indeleble de una parte histórica de la ciudad, de ese comercio tradicional que ahora, en pleno siglo XXI, protagoniza una lucha numantina por sobrevivir.
Ahora, el edificio y el local donde estaba La Gafa de Oro está en plena reforma. Nadie sabe qué negocio se establecerá en el número 4 de Ordoño II. De hecho, la gran preocupación es qué va a pasar con ese rótulo.
La memoria de La Gafa de Oro no puede morir, porque es parte de la memoria de León.
Suscríbete a la newsletter de modaengafas.com