La miopía es una de las pandemias del siglo XXI, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pero, como no provoca dolor, pasa desapercibida para la mayor parte de la población.
¿Qué opciones de tratamiento existen para frenar la progresión de la miopía?
La miopía es una de las principales causas de abandono escolar, lo que a la postre, en el medio y largo plazo, termina afectando en el propio corazón de las sociedades
Sin embargo, la miopía es una de las principales causas de abandono escolar, lo que a la postre, en el medio y largo plazo, termina afectando en el propio corazón de las sociedades.
N este contexto, el Instituto Nacional de la Visión ha lanzado una alerta a las familias, porque la salud visual de los niños y jóvenes puede resultar afectada en esta época, que es cuando arrancan los exámenes de final de curso en toda España.
Actualmente, existen opciones de tratamiento que frenan el aumento de la miopía. Puede hacerse con soluciones ópticas que, además de compensar la miopía para que el niño vea bien, tienen un efecto de ralentización del aumento de las dioptrías. Para este fin, se utilizan gafas especiales, diferentes tipos de lentes de contacto específicas o mediante colirios con atropina.
Actualmente, por ejemplo, existen unas lentillas blandas desechable diarias que han demostrado en un estudio clínico de 7 años de duración que frenan de media un 59% la progresión de la miopía en niños de 8 a 12 años. Hasta no hace mucho, el tratamiento era la prescripción de gafas o lentillas estándar para corregir la visión a medida que las dioptrías crecían. Sin embargo, la investigación científica y la evolución tecnológica han permitido crear estos lentes de contacto que permiten limitar la progresión de la miopía.
Al ser lentillas diarias, el menor solo se las coloca y quita una vez al día con lo que toca menos el ojo y es menos probable que la pierda o la rompa comparado con las mensuales. Igualmente, las lentes de contacto facilitan la vida normal del niño, dado que le permite hacer deporte al aire libre, mejoran la percepción de sí mismo, su autoestima y su capacidad para establecer relaciones sociales.
También existen las gafas de control, que utilizan tecnología de desenfoque periférico para ralentizar la progresión de la miopía y que, en la actualidad, se encuentran en plena ebullición en el mercado.
Aunque no existen estudios concluyentes, también cabe la opción de combinar diferentes tratamientos ópticos y farmacológicos, de modo que el niño puede usar lentes de contacto o gafas de control de la miopía y, además, instilarse cada noche una gota de atropina.
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