Este artículo forma parte del Cuaderno de Economía, editado por Modaegafas.com.
Óptica: tendencias y vectores de crecimiento en el corto y medio plazo
El aumento de la miopía, el envejecimiento de la población y los nuevos hábitos adquiridos por las personas generan múltiples oportunidades para el sector de la óptica, tanto a las empresas proveedoras de productos como a los centros sanitarios
La oportunidad la pintan calva. Ahora más que nunca, el sector de la óptica tiene caminos por los que avanzar hacia un futuro prometedor. Y lo mejor de todo es que estos caminos abarcan, también más que nunca, tanto los aspectos inherentes a la profesión de óptico-optometrista como aquellos relacionados con el negocio puro y duro.
En estos tiempos, cuando el siglo XXI está a punto de cumplir 25 años, han surgido nuevos problemas en la sociedad y también más necesidades. Como respuesta a todo esto, se han producido avances tecnológicos que hasta hace poco eran ciencia ficción. De hecho, el mundo actual no se parece en nada al de finales del siglo pasado, cuando todavía existían cines con grandes salas que se llenaban por completo; no había teléfonos inteligentes, libros electrónicos, Whatsapp, redes sociales ni aplicaciones.
Hoy, más que nunca, se puede decir que la venta que se materializa en una óptica debe ser la consecuencia de un buen servicio. ¿Por qué? Porque los ópticos son los profesionales capacitados para resolver toda una serie de patologías que, en la actualidad, afectan cada vez más a la salud visual de la población, tanto por los nuevos hábitos adquiridos como por factores demográficos.
Hoy más que nunca se puede decir que la venta que se materializa en una óptica debe ser la consecuencia de un buen servicio
Y nada de esto es baladí. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado que la miopía se convertirá en una de las pandemias del siglo XXI, tanto es así que, para 2050, afectará a la mitad de la población mundial.
Las empresas han tomado nota de esta situación. ¿Cómo? Realizando grandes inversiones para desarrollar productos especializados que permitan ralentizar y tratar la miopía, especialmente entre niños y adolescentes. Este factor, sumado a la cada vez mayor cualificación de los ópticos, ha impulsado el crecimiento de un nuevo segmento en el sector: la gestión de la miopía.
Txell Valls, consultora de marketing especializada en óptica, afirma que el control de la miopía se ha convertido en uno de los principales motores de crecimiento del sector. “Si se trabaja bien, se puede crecer e ir hacia donde nos gustaría: dar más valor al servicio y menos al producto, para que lo importante sea la figura del óptico-optometrista”, explica, y enfatiza que esa es la fórmula perfecta para escapar de la guerra de precios.
En este contexto, Juan Fermín Briones, otro consultor especializado en el sector óptico, coincide con Valls en que la gestión de la miopía es un tema tanto de presente como de futuro. “La evolución del cliente a paciente en la óptica es inevitable, y las nuevas generaciones de ópticos-optometristas están muy capacitadas para este cambio”, asegura.
“La miopía es el tema central, el leitmotiv de la salud visual en los próximos años”, sostiene Alfons Bielsa, vicepresidente del Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de Cataluña (Coooc).
Un estudio de la Asociación de Miopía Magna (Amires) realizado en la Comunidad de Madrid, pero cuyos datos pueden extrapolarse a nivel nacional, revela que casi dos de cada diez menores (18,7%) de sexto de primaria ya tienen miopía. Esta prevalencia es tres veces mayor que la observada en segundo de primaria. Además, el número de menores con miopía magna también es preocupante: el 1,37% de los estudiantes de sexto de primaria la padece.
El estudio destaca otro dato inquietante: el 27,4% de los alumnos miopes en segundo de primaria y el 12,1% de los de sexto no usan las correcciones ópticas necesarias (gafas o lentillas) para ver bien. Esta cifra duplica la de aquellos cuya familia se encuentra en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) más alto: 13,4% en segundo y 8,6% en sexto.
La gestión de la miopía es uno de los servicios que van implantando las ópticas, debido al deterioro de la salud visual de la población
Para Bielsa, la miopía es un asunto tan relevante que no solo ha impulsado el desarrollo de nuevos productos por parte de las empresas del sector, tanto de lentes oftálmicas como de contactología, sino que también ha logrado trascender más allá del sector óptico. “Ahora, desde diversas instancias, se ha empezado a hablar de la importancia de vigilar el uso de las pantallas por parte de los niños”, comenta, recordando que hace poco no se abordaba este tema del modo como se hace ahora.
En esta línea, Txell Valls añade que cada vez se detectan más casos de mala visión que no están relacionados con problemas refractivos. “Supongo que los malos hábitos digitales están potenciando esto”, señala, y agrega que esta realidad puede incrementar los servicios que actualmente se ofrecen en las ópticas en relación con la fatiga y la eficiencia visual. “En el futuro, la terapia visual también será un servicio imprescindible”, concluye Valls.
LA PRESBICIA
Los productos para minimizar los efectos de la vista cansada representan otro motor de crecimiento para el sector óptico, no solo ahora, sino también a medio y largo plazo.
Desde el punto de vista demográfico, la población ha ido creciendo en el denominado target de los seniors, quienes normalmente comienzan a notar los efectos de la presbicia a partir de los 40 años, cuando empiezan a tener dificultades para enfocar objetos cercanos.
Actualmente, España registra 15,11 millones de habitantes entre los 40 y 59 años, una cifra superior a los 15 millones de 2022. Este aumento tiene importantes implicaciones.
En la actualidad, un nicho importante de mercado es el de los jubilados, ya que entre ellos hay personas muy activas
En este escenario, Bielsa asegura que las gafas progresivas representan una gran oportunidad para el sector óptico. De hecho, no solo se trata de solucionar los problemas de vista cansada en personas en edad laboral, sino que también existe un nicho de mercado importante entre los jubilados.
“Los jubilados son más jóvenes que nunca. Son personas con muchas inquietudes, a quienes les gusta viajar y realizar actividades en las que la visión es crucial”, destaca Bielsa.
Pero no solo los jubilados son más activos; en general, buena parte de la población también lo es. Según la Encuesta de Hábitos Deportivos 2022 realizada por el Ministerio de Cultura y Deporte y el Consejo Superior de Deportes, la proporción de la población que practica deporte a diario ha aumentado del 19,5% al 23,8%.
Desde el punto de vista demográfico, la población ha ido creciendo en el denominado target de los seniors
El 65% de las personas que practican deporte comenzaron antes de los 15 años. El 20,7% inició sus actividades entre los 15 y 24 años, el 9,4% entre los 25 y 44 años, y solo el 4,8% empezó después de los 44 años.
Las modalidades deportivas más practicadas son el senderismo y montañismo (30,8%), el ciclismo (28,4%), la gimnasia intensa (28%), la natación (27,2%), la gimnasia suave (26,4%), la carrera a pie (19%), la musculación (17%), el pádel (15,8%), el fútbol 11 y 7 (14,5%), el baloncesto (9,7%), el fútbol sala y playa (8,1%) y el tenis (8%).
Bielsa explica que esta realidad ha impulsado el aumento en la venta de gafas deportivas graduadas, así como el uso de lentes de contacto.
Con todos estos factores, Bielsa asegura que al sector óptico le espera un futuro prometedor, aunque anticipa una polarización: algunas ópticas apostarán por los servicios, mientras que otras se centrarán en el producto.
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