Más de un millón de habitantes en España están afectados por el glaucoma, una enfermedad silenciosa que conduce a la ceguera.
El glaucoma ya afecta a más de un millón de españoles
Los datos proceden de la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares (AGAF), y los ha utilizado el Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León (Coocyl) para advertir a la población de los peligros que conlleva esta enfermedad.
“La pérdida de visión derivada del glaucoma es permanente e irreversible. Sin embargo, una detección precoz y el tratamiento adecuado ofrecen la mejor oportunidad para conservar la visión y una óptima calidad de vida”, ha dicho Ana Belén Cisneros, vicedecana del Coocyl.
La pérdida de visión derivada del glaucoma es permanente e irreversible
Ana Belén Cisneros ha recordado la importancia de las revisiones periódicas para paliar los graves efectos de una enfermedad que, si no se detecta a tiempo, puede causar ceguera en el 5% de los casos.
En esta tarea, el óptico-optometrista, como profesional sanitario de atención primaria en la salud visual, dispone de la formación y de la aparatología necesarias para detectar el glaucoma en sus estadios iniciales, antes de que el paciente sufra una pérdida visual importante e irreversible.
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“Existen dos aspectos claves para sospechar de glaucoma: la elevación de la presión intraocular y la presencia de un aumento en la excavación de la papila del nervio óptico; cualquiera de estas dos circunstancias hace probable la detección, especialmente si existen antecedentes familiares de la enfermedad y la edad es superior a los 45 años”, ha dicho Cisneros.
«Los ópticos podemos detectar a tiempo indicios de la enfermedad con la medida de la PIO»
Por esta razón, los ópticos-optometristas, “que muchas veces somos los primeros profesionales de la visión a los que acude la población para hacerse una graduación, por ejemplo de la vista cansada o la presbicia, podemos detectar a tiempo indicios de la enfermedad con la medida de la PIO a través de una tonometría y la observación del nervio óptico mediante una oftalmoscopia o una retinografía, pruebas que se pueden realizar en los establecimientos sanitarios de óptica de Castilla y León”, añade la experta.
Una vez existe sospecha de glaucoma, es el oftalmólogo el que debe hacer una exploración completa para comprobar todas las estructuras del ojo, tanto del polo anterior como del posterior, y una campimetría o valoración del campo visual para buscar la existencia de zonas ciegas o escotomas.
El problema es especialmente acuciante en comunidades autónomas como Castilla y León, por su elevado índice de envejecimiento, ya que la incidencia del glaucoma se incrementa con la edad. Así, en el grupo de 50 a 59 años, la incidencia se sitúa en el 2,1%, una cifra que asciende al 2,3% en personas de 60 a 69 años y, una vez pasados los 70, alcanza el 3,5%.
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