El 20 de noviembre se conmemoró el Día Universal del Niño. Se trata de una fecha para pensar en muchas cosas como, por ejemplo, que debemos llevar a nuestros hijos a las ópticas porque un problema en su visión puede dar al traste con su desempeño educativo en la escuela.
Y esto, si es que no se han dado cuenta, es como una rueda, todo un “efecto mariposa”, porque por descuidar este simple detalle, nuestros niños pueden fracasar. Hay tantas ópticas por las calles: entremos en alguna de ellas aunque sea por simple curiosidad.
Pero los quiero recordar una cosa. Si no recuerdo mal, el pasado año, la organización Visión y Vida presentó en el Ministerio de Sanidad los resultados del estudio “El estado de la salud visual de los niños en España”, en el que se confirmó que aquellos menores con mayores problemas visuales destetaban actividades tan básicas como la lectura.
“Alejar a un niño de los libros cuando aún está aprendiendo a descubrir el mundo se puede convertir en un problema en la etapa adulta”, dice Salvador Alsina, el presidente de Visión y Vida.
“Conocemos casos de adultos que no han superado con éxito las etapas educativas básicas porque nadie detectó que su visión estaba sufriendo un problema. Un control periódico del estado de la visión, un buen sistema de alerta —por ejemplo, explicando a familias y profesores los síntomas más claros de la existencia de un problema visual— y una derivación rápida al especialista es lo que llevamos años reclamando desde Visión y Vida”.
Es por ello que Visión y Vida quiso aprovechar fecha tan señalada para recordar que solo quedan pocos días para finalizar la segunda edición de la campaña Ver para Aprender, la acción solidaria llevada a cabo por más de 1.200 ópticos optometristas de España, que voluntariamente y sin coste están revisando el estado de la salud visual de los niños de más de 3.000 centros educativos. Esta campaña, que recibe el apoyo del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, concluirá con la realización de un estudio en el que se analizarán los datos recogidos y con los que se seguirá luchando por un Plan Nacional de Cuidado Preventivo de la Salud Visual en todas las etapas de la vida, sobre todo, en la infancia.
“Que en el siglo XXI sigamos viendo cómo mucha gente desconoce la importancia y la necesidad de cuidado de la visión, y solo tres de cada diez niños menores de siete años hayan acudido a revisión, es algo que debemos cambiar. Esperamos que tras la instauración de campañas como Ver para Aprender logremos que se revierta esta situación y no exista ni un solo caso más de fracaso escolar derivado de un problema de visión no resuelto”, concluye Alsina.