La diabetes no es ninguna broma, y en España tiene una especial incidencia que impacta directamente en la salud ocular de la población. Las personas que padecen esta enfermedad tienen un riesgo elevado de desarrollar problemas en sus ojos.
España tiene la segunda tasa más alta de Europa en incidencia de diabetes
Una de las complicaciones de una diabetes mal controlada o no diagnosticada es la retinopatía diabética
La retinopatía diabética es una afección visual que se presenta principalmente en pacientes con diabetes mellitus tipo 1 y tipo 2, según explicó Clínica Baviera con motivo del Día Mundial de la Diabetes, que se celebra el 14 de noviembre.
De hecho, la retinopatía diabética es la primera causa de ceguera legal entre los 20 y los 65 años en los países industrializados. España presenta la segunda tasa más alta de Europa en incidencia de diabetes, con una prevalencia del 14,8%, según datos de la Federación Internacional de Diabetes (FID).
Diabetes: los afectados mayores de 40 años desarrolla retinopatía diabética
Además, casi un tercio de las personas con esta enfermedad no lo sabe. La diabetes es una patología endocrino-metabólica caracterizada por niveles elevados de glucosa en sangre debido a una insuficiencia de insulina o a un mal funcionamiento de esta.
Una de las complicaciones de una diabetes mal controlada o no diagnosticada es la retinopatía diabética. “El principal factor de riesgo para desarrollar este problema ocular es padecer diabetes mellitus durante un período prolongado. Los niveles altos de azúcar en sangre, el colesterol elevado y la hipertensión arterial son los tres factores más determinantes en su aparición”, señala la doctora Marta S. Figueroa, directora de la Unidad de Retina de Clínica Baviera. Otros factores que pueden agravar la retinopatía diabética incluyen la enfermedad renal o el embarazo.
Para diagnosticar la retinopatía diabética, es fundamental que los pacientes con diabetes se sometan a revisiones periódicas con un profesional de la salud visual, quien podrá evaluar el fondo de ojo y detectar alteraciones antes de que se manifieste la pérdida de visión.
Cuando la retinopatía diabética se detecta en fases tempranas mediante revisiones periódicas y las alteraciones son leves, se recomienda mejorar el control metabólico, destacándose la colaboración entre diabetólogos y oftalmólogos.
“Lo más importante cuando se diagnostica la diabetes es tener un buen control de la enfermedad, acudir a revisiones periódicas, estar alerta ante posibles cambios en la visión y, por supuesto, mantener una dieta saludable y equilibrada, además de adoptar hábitos de vida saludables”, indica la doctora Figueroa. Además de controlar los niveles de azúcar en sangre, es necesario vigilar el colesterol y la presión arterial, incorporar actividad física a la rutina diaria y evitar el consumo de alcohol y tabaco.
En caso de complicaciones como el edema macular o la aparición de vasos sanguíneos anormales, se emplean fármacos antiangiogénicos o corticoides de liberación gradual, administrados mediante inyecciones intraoculares. En los casos más avanzados, puede ser necesaria la cirugía para tratar complicaciones como las hemorragias en el vítreo, el desprendimiento de retina o el glaucoma neovascular.
Suscríbete a la newsletter de modaengafas.com