Begoña Gacimartín: “En 20 años asistiremos a otro cambio importante en la profesión y veremos una optometría más Phygital”

Actual directora de Orduna e-Learning, Begoña Gacimartín dio sus primeros pasos en la óptica en 1987. Desde entonces, ha trabajado en varias empresas del sector, acumulando una amplia trayectoria profesional que transcurre en paralelo entre la docencia y la práctica clínica

Begoña Gacimartín García, directora de Orduna e-Learning

Begoña Gacimartín García, directora de Orduna e-Learning

Por Jaime Cevallos - 28/03/2023
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Pregunta: Han transcurrido más de tres años desde que apareció la pandemia de la covid ¿Cómo ha cambiado su vida desde entonces, tanto desde el punto de vista humano como del profesional?

R. La pandemia, a nivel personal, creo que como a todos nosotros, me hizo recordar que somos mucho más vulnerables de lo que pensábamos; afortunadamente no tuve ninguna desgracia en mi entorno familiar cercano, pero si fallecieron varios pacientes de la Clínica, relativamente jóvenes, y eso entristece mucho. Nosotros solo estuvimos un mes en casa, volvimos a trabajar el 20 de Abril de 2020, durante ese mes, decidimos convertir lo que había sido el área de formación de la Clínica Orduna desde 2005 en Orduna e-learning, presentando un modelo disruptor que incluye la formación humanista del profesional a través de los VUCA ( acrónimo de Volatilidad, Incertidumbre, Complejidad, y Ambigüedad, en sintonía con lo que estábamos viviendo), proyecto desarrollado por María Teresa Rodríguez de Castro, que ofrece una atención centrada en el paciente, tal y como demanda la OMS en el Informe sobre la Salud Visual de 2019. Esta parte de la formación fomenta el pensamiento critico del profesional,  desarrolla sus destrezas blandas, muy necesarias en la profesión, y nos ha permitido desarrollar argumentarlos propios, que también incluyen las mejores prácticas profesionales del alumnado.

P. Empezó su carrera en 1991. ¿Cómo ha cambiado la profesión desde ese momento hasta nuestros días?

R. El cambio ha sido vertiginoso, en todos los aspectos; en aquella época, la actual Facultad de Óptica y Optometría de la Universidad Complutense era una Escuela de Óptica, no se impartían apenas asignaturas de patología ni farmacología y, al final de la Universidad, prácticamente la única opción, o la más inmediata, era trabajar en una óptica. Hoy en día, la formación es más clínica, existe la opción de los Erasmus y al finalizar el Grado los estudiantes pueden incorporarse a trabajar en ópticas, en clínicas oftalmológicas, en la industria, formarse para hacer Investigación básica y/o docencia, incorporarse en equipos multidisciplinares y en algunas comunidades autónomas acceder a los servicios de salud pública; pueden realizar másteres y doctorados y desde 2003 estamos reconocidos como profesionales  de atención primaria por ley. Más formación siempre equivale a mayores y mejores oportunidades.

P. La gestión de la miopía es uno de los asuntos en lo que más se ha volcado el sector. ¿Cómo era la aceptación de la orto-k en la sociedad hace 30 años y cómo es ahora?

R. Hace 30 años se conocía la técnica de Orto-K, pero los materiales, los instrumentos y el conocimiento sobre la adaptación de las lentes era infinitamente menor que ahora, por lo que prácticamente no se hacía, ni se consideraba segura. En los últimos 30 años ha aumentado el número de miopes en todos los países desarrollados, y definitivamente la pandemia por un lado, y la evidencia científica, por otro, han afianzado el tratamiento como un método seguro y eficaz en el control de la miopía, en el que yo sugiero profesionales bien formados, equipados, y pacientes informados. No se debe hacer orto-k sin una formación específica en esa área de la contactología avanzada.

» No se debe hacer orto-k sin una formación específica en esa área de la contactología avanzada»

P. ¿Cuál es su opinión sobre el uso de las lentes oftálmicas para frenar la progresión de la miopía que han desarrollado los grandes grupos del sector?

R. Bueno, creo que están resultando ser una buena opción dentro del porfolio de soluciones para ralentizar la progresión de la miopía, a la vista de los estudios publicados y de las opiniones vertidas por los compañeros que las prescriben, pero son necesarios estudios clínicos con una “n” potente a más largo plazo en población caucásica, y que transcurra más tiempo para analizar sus resultados.

P. ¿Qué hay de la baja visión? ¿El sector la aborda de manera adecuada o falta por hacer más al respecto?

R. La baja visión es una de las grandes olvidadas de la profesión, junto con la optometría geriátrica. Hace 24 años que imparto formación en baja visón; vivimos en el tercer país del mundo más envejecido. sin duda, la discapacidad visual es, y será uno de los retos sociosanitarios de este siglo, para el que hace falta muchos más profesionales, un abordaje multidisciplinar, y mucha más concienciación y difusión entre los profesionales de la salud visual, la sociedad y las autoridades. Solo los datos de prevalencia de DMAE, glaucoma, retinopatía diabética, y las enfermedades distróficas de la retina, junto con el envejecimiento justifican esta demanda. Esos pacientes necesitan disfrutar de una calidad de vida óptima; está demostrado que el deterioro cognitivo, las caídas y la depresión están relacionados con la discapacidad visual.

P. ¿Por qué dejo el día a día de una óptica para entrar en la formación?

R. La formación es parte de mi día a día desde 1995, fue la evolución lógica de mi trabajo diario, primero con los compañeros que me asignaban para formar, después en la Universidad impartiendo clases, y diseñado el programa, y, por último, en nuestra plataforma. Actualmente dedico la mitad de mi jornada laboral a la clínica y la otra mitad a la formación… me fui de la óptica a la clínica, porque ese ciclo había terminado y quería comenzar otro.

«La formación es parte de mi día a día desde 1995, fue la evolución lógica de mi trabajo diario»

P. Es una obviedad que la tecnología ha cambiado los hábitos de la sociedad en todos los ámbitos, especialmente desde la covid. Aunque la situación se ha normalizado, ha quedado instituido el teletrabajo o la formación a distancia gracias al online. ¿Cuáles son los pros y contras de la formación online?

R. La formación online ha venido para quedarse, es, como bien dice, obvio. Como pros señalaría, la facilidad de acceder a ella, el poder realizarla en cualquier momento, desde cualquier lugar, acceder a un claustro de profesores nacionales e internacionales. Las contras es la pérdida de parte del trato humano y que es más difícil interactuar con el alumnado. Eso tratamos de suplirlo con los canales privados de Telegram y el seguimiento por parte del tutor, pero es más complicado, sin duda. Este año presentaremos una nueva herramienta.

P. La de óptico-optometrista es una profesión en la que no existe el paro. Si es así ¿Por qué no hay tanto interés en la juventud por seguir esta carrera?

R. Fundamentalmente, por desconocimiento, por malos horarios profesionales, y porque el desencanto de muchos colegas en ejercicio pesa sobre los potenciales estudiantes…

P. A su juicio ¿Cuál es la fórmula para mitigar la escasez de ópticos-optometristas que sufre el sector?

R. Dar a conocer todas las salidas profesionales, mejorar los horarios -muchos compañeros lo están haciendo ya- y ofrecer bonus de formación dentro de la carrera profesional. Para mí, la formación es capital y creo que debería ser obligatoria en todas las profesiones sanitarias.

P. ¿Qué opina de la lucha que están llevando a cabo varios colegios de ópticos-optometristas con el objetivo de que miembros del sector tengan plazas en la sanidad pública?

R. Bueno, creo que la lucha, bien entendida y ejecutada, ayuda a prosperar a los colectivos profesionales, hay numerosos ejemplos a lo largo de la historia.

P. ¿Cómo ve el futuro de la profesión de aquí a 20 años?

R. Conmigo jubilada, ja, ja, bromas aparte, creo que asistiremos a otro cambio importante que sin duda incorporará mucho más lo digital y veremos una optometría más Phygital , es difícil predecir cuanto, pero será así, seguro. También, en estos 20 años, deberían desarrollarse modelos de negocio sostenibles, en todos los sentidos, a niveles de negocio, clínico y humano, y luchar todos, cada uno desde su lugar por la ceguera evitable.

Etiquetas: Begoña Gacimartín
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Jaime Cevallos
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