El ‘sell-in’ de la óptica, cuatro años después de la covid

La covid sigue presente entre nosotros, aunque ya no es tan letal como en sus inicios. Convertida en pandemia, no solo provocó el mayor confinamiento del siglo XXI, sino que también generó un impacto sin precedentes en la economía mundial.

Las empresas no escaparon de aquella hecatombe. Entre ellas, las proveedoras del sector óptico, que vieron reducirse drásticamente sus pedidos debido al cierre de la mayoría de los establecimientos (algunos permanecieron abiertos, prestando servicios esenciales a la sociedad).

Sin embargo, toda esa tragedia humana y económica parece haber quedado atrás. El valor del mercado ibérico (España y Portugal) de productos ópticos creció un 7,3% en 2023, hasta alcanzar los 1.100 millones de euros. Esto supuso superar, cuatro años después, los niveles de 2019 —anteriores a la declaración de la pandemia— y el máximo histórico registrado antes de la última crisis financiera, según datos del Observatorio Sectorial DBK de Informa.

En España, el mercado se situó en 880 millones de euros, un 7,7% más que en 2022. En Portugal, con un incremento algo menor, las ventas alcanzaron los 220 millones de euros.

En un contexto de aumento de la esperanza de vida, creciente necesidad de uso de gafas y lentes de contacto, y buen comportamiento del gasto de las familias, el sector mantuvo una evolución positiva en 2024. No obstante, los datos provisionales apuntan a una prolongación de la tendencia de desaceleración en el ritmo de crecimiento.

El comportamiento de la actividad fue similar en ambos países, estimándose para el cierre de 2024 un incremento en torno al 4%.

Actualmente, se calcula que unas 80 empresas se dedican a la fabricación o importación de productos ópticos en el mercado ibérico: unas 55 en España y 25 en Portugal, generando un volumen de empleo total de unas 6.600 personas.

Es significativa la participación extranjera en el capital de estas compañías, destacando la penetración de grandes grupos multinacionales, sobre todo con origen en Estados Unidos y en los principales países europeos.

En ambos países, el mercado presenta un alto y creciente grado de concentración, resultado de las operaciones de compra de empresas realizadas en los últimos años. Los cinco principales operadores en España alcanzaron en 2023 una cuota conjunta del 56,8%, mientras que en Portugal los cinco mayores sumaron el 59,2%.