27/02/2024

De foria a tropia y miro porque me toca

La capacidad del sistema visual para hacer «volver» al ojo, compensando la desviación, es lo que se conoce como reservas fusionales

FOTO: Liam Welch (Unsplash)

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La etimología de «foria» viene de «forum» o lugar de encuentro. Si el cerebro no puede o no quiere mantener el ojo no director en el forum y lo expulsa, la palabra «foria» no encaja.

De la salida del foro, más o menos digna del ojo no querido, nace la palabra «tropía», cuyo origen etimológico es de movimiento (tendencia o rumbo), en este caso descontrolado.

Algunos ojos nunca han tenido relación con su pareja. Para ellos la «foria» es un ente desconocido, viven vagando por libre en el extraforum, olvidados por el ojo director, en estado de «tropía» pura y dura. Por suerte, son casos extremos.

El paso de foria a tropía no es una linea sino una zona de solapamiento. Una foria alta podrá considerarse como una tropía baja por su mayor tendencia a irse, mientras que una tropía baja podrá entenderse como foria alta porque, aunque el ojo se mueva («tropos») para irse del forum, puede volver aunque sea con el viento a favor.

La capacidad del sistema visual para hacer «volver» al ojo, compensando la desviación, es lo que se conoce como reservas fusionales y pueden cambiar con el cansancio, estrés, estado de salud o edad.

La característica de las disfunciones visuales no estrábicas es justo esta capacidad de control, mediante las reservas fusionales y en las condiciones adecuadas, lo que exige la imprescindible presencia de la «placa base» binocular en la maquinaria del sistema visual.

Por eso decimos que una foria puede descompensarse, rompiendo en tropía, sin perder su etiqueta de disfunción binocular no estrábica siempre y cuando este paso sea puntual y fácilmente reversible.

Sin embargo, las reservas de fusión son necesarias pero no siempre suficientes para compensar una heteroforia, incluso con independencia de su magnitud y variabilidad.

Como en toda empresa, el cerebro pide resultados y el ojo director se pondrá de acuerdo, con su socio, si éste le aporta algo y el esfuerzo para conseguirlo compensa el beneficio.

Otros requisitos, por tanto, para una visión binocular estable, son una agudeza visual monocular mínima competente en ambos ojos y un tamaño de las imágenes retinianas respectivas similares.

A menudo, heteroforias compensadas se pueden descompensar, a pesar de disponer de buenas reservas fusionales, por una pérdida visual monocular debida a una patología macular o a una pérdida de transparencia de medios, por ejemplo.

También por un cambio refractivo significativo en un ojo, secundario a unas cataratas, que al neutralizarse con las lentes en gafas provocan una aniseiconia, determinando la ruptura del delicado equilibrio binocular.

Una translocación macular monocular provocará una micropsia significativa, creando también una aniseiconia que desencadenará el paso de foria a tropía de difícil, pero no siempre imposible, manejo.

El efecto de todas estas penalizaciones será más crítico si afectan al ojo director.

Etiquetas: foria tropia
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