Esa es la pregunta que un equipo de expertos del grupo Miranza y el Schepens Eye Research Institute de la Universidad de Harvard (Boston, Estados Unidos) están tratando de responder, analizando el crecimiento anómalo de los vasos sanguíneos (neovascularización) y los procesos de cicatrización que conducen a la ceguera en diversas enfermedades oculares.
Las primeras conclusiones científicas del estudio han sido publicaaos en revistas de referencia como Nature Scientific Reports, American Journal of Pathology y Ophthalmology Science.
El equipo de expertos estudia el papel de una nueva diana terapéutica, la proteína RUNX1, como importante mediador de la neovascularización y la fibrosis ocular. Los especialistas analizan la inhibición de esta proteína como potencial tratamiento de enfermedades como la neovascularización y fibrosis corneal, la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), la retinopatía diabética, y la vitreorretinopatía proliferativa.
Además, como parte de la investigación, los expertos han logrado formular el inhibidor de RUNX1 como nanoemulsión, lo que permite su aplicación en forma de gotas. Gracias a ello, muchos pacientes con patologías oculares podrían llegar a prescindir de las inyecciones en los ojos y, en su lugar, aplicar el tratamiento en colirio, mejorando notablemente su calidad de vida.
Estos trabajos tienen por objeto la investigación y desarrollo de futuras terapias que permitan mejorar la visión y calidad de vida de los pacientes.