La pobreza visual en España se reduce, pero el problema persiste

Visión y Vida ha realizado un estudio que arroja datos preocupantes. Por ejemplo, más de 721.000 menores no pueden disfrutar de una buena visión por razones económicas, “dado que el coste de sus gafas o lentillas puede suponer un quebranto para la economía familiar”. Aunque la cifra ha disminuido en casi 40.000 menores en comparación con hace dos años, el problema sigue presente.

De hecho, el estudio, titulado Radiografía de la pobreza visual infantil en España 2024, actualiza el informe presentado en 2022, en el que se midió por primera vez la prevalencia de la «pobreza visual» en el país.

“Acuñamos el término ‘pobreza visual’ durante la gran crisis de 2008, cuando detectamos que, ante una situación de vulnerabilidad económica, muchas personas no podían afrontar el gasto que supone comprar o renovar sus equipamientos ópticos. En el caso de la pobreza visual infantil, nos referimos a aquellos menores de 18 años que necesitan gafas, lentes de contacto o terapia visual para ver bien, pero cuyas familias no pueden costear estos tratamientos”, explica Salvador Alsina, presidente de Visión y Vida.

En 2023, la tasa de riesgo de pobreza en España se situó en el 20,2%, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) recogidos por Visión y Vida. El INE establece que un hogar está en riesgo de pobreza cuando sus ingresos son inferiores al 60% de la media nacional. En el caso de los menores de 18 años, la tasa se eleva al 27,10%.

Visión y Vida utiliza estos datos y su correspondiente magnitud autonómica (datos ofrecidos por la Fundación Iseak) junto con la prevalencia media de problemas visuales por edades (31% en menores y 62,94% en adultos) para obtener una estimación de la magnitud del problema.

“Sabemos que estos cálculos no son científicamente exactos, ya que es imposible revisar a todos los ciudadanos, pero nos ofrecen una imagen estimada de la situación que enfrentamos”, señala Alsina.

España está lejos de alcanzar una tasa de pobreza visual cero, que es la única aceptable según los expertos

Teniendo esto en cuenta, Visión y Vida, que ha estado analizando la prevalencia de esta problemática desde entonces, concluyó en 2022 (con datos de cierre de 2021) que en España había 761.157 menores y 6.126.847 adultos que padecían pobreza visual.

Ahora, dos años después y tras la implementación de diversas medidas para paliar la vulnerabilidad en el país, el problema persiste. “En dos años, solo hemos logrado reducir en cerca de 40.000 menores esta cifra, y aún vemos que 721.497 menores y 6.103.451 adultos siguen sufriendo pobreza visual”, lamenta Alsina.

Aunque la situación ha mejorado, España está lejos de alcanzar una tasa de pobreza visual cero, que es la única aceptable según los expertos. Hemos pasado de un 8,59% de pobreza visual infantil y un 12,9% en adultos a un 8,4% y 12,7%, respectivamente, al cierre de 2023.

Como se ha observado en repetidas ocasiones, la pobreza se distribuye de manera desigual entre las diferentes comunidades autónomas. Ceuta lidera la tabla con un 19,8% de pobreza visual infantil, seguida de Asturias (11%), Islas Baleares y Navarra (10,2%), Melilla (10,1%), Comunidad Valenciana (9,6%), Andalucía (9,3%), Aragón (9%) y Canarias (8,6%), todas por encima de la media nacional del 8,4%, donde se encuentra Cataluña. Por debajo de la media están Extremadura y Murcia (7,8%), Castilla-La Mancha y Comunidad de Madrid (7,5%), Castilla y León (7,4%), Cantabria (7,2%), La Rioja (7,1%), País Vasco (6,4%) y Galicia (6,2%).