21/07/2025

Siete notas sobre prismas

El supuesto devorador de prismas, salvo raras excepciones, no existe. Es consecuencia de una evaluación deficiente de la disfunción binocular

FOTO: Jakob Owens vía Unsplash

Primera: Si los lentes convergentes y divergentes actúan en el eje z, los prismas actúan en el plano xy

Segunda: Si, necesitamos modificar la distancia a la que vemos la imagen, no hay ninguna razón para no desplazarla lateralmente hacia arriba, abajo o en diagonal, si es necesario.

La diferencia es que, en el primer caso, situamos la imagen sobre el remoto ocular y en el segundo, solo acercamos ambas imágenes monoculares a la posición pasiva (en las disfunciones binoculares verticales las acercamos un poco más).

Tercera: El resto lo compensa el sistema, por esa razón hablamos de prismas de ayuda a la fusión.

    Cuarta: Los prismas animan a la binocularidad reduciendo el recorrido de compensación de la heteroforia/tropía, por lo que su eficacia depende de que existan unas mínimas reservas fusionales.

    Quinta: Esta capacidad de estimular la fusión, reduciendo el esfuerzo binocular, parece contradictoria porque se prescriben a favor de la desviación.

    Los ojos giran hacia la arista del prisma en condiciones monoculares, mientras que, en binoculares, giran hacia la base.

    Esta paradoja se debe a que el sistema siempre busca la fusión, como todo sistema organizado lucha contra el desorden.

    Prescribir, por tanto, prismas a favor de la desviación no provoca su incremento sino su estímulo.

    Acercar las imágenes a la posición pasiva de los ojos es acercar la zanahoria para que la vayan a buscar, por eso la respuesta binocular es distinta a la monocular.

    Reduciendo el recorrido de compensación, reducimos el esfuerzo binocular y por tanto estabilizamos la fusión.

    Sexta: Los cambios refractivos monoculares implican cambios binoculares y viceversa.

    Un par de ejemplos: la endotropía de origen acomodativo, se neutraliza compensando la hipermetropía con lo que evitamos el exceso de convergencia arrastrado al compensarla.

    Igualmente, un exceso de convergencia arrastrada por la acomodación puede mostrar una falsa miopía o una menor hipermetropía.

    Séptima: El supuesto devorador de prismas, salvo raras excepciones, no existe. Es consecuencia de una evaluación deficiente de la disfunción binocular, determinando que, en controles posteriores, se manifiesten valores que ya estaban presentes en el primer examen.

    Como sucede con la hipermetropía, si no se relaja el sistema aparecerán resultados por debajo de los reales.

    Etiquetas: Lluís Bielsa Prismas
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