Desde frenar la miopía hasta tratar la presbicia. La ortoqueratología ha dado grandes avances desde que, en 1960, sugiera en Estados Unido como una técnica basada en la modificación de la potencia del ojo por medio de la presión ejercida por una lente.
La orto-k, de la corrección de la miopía hasta el tratamiento de la presbicia
Joan Pérez, que desde este 14 de septiembre imparte el curso online sobre Resolución de problemas. Interpretación de fluorogramas y de topografías en ortoqueratología, organizado por el Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia, ha explicado que con la orto-k se puede corregir la miopía, el astigmatismo y la hipermetropía, e incluso con algunos diseños –no generalizados en España– se puede tratar la presbicia.
La ortoqueratología es una adaptación especializada de lentes de contacto que tiene como objetivo generar un moldeo corneal controlado. “Los pacientes van a dormir con unas lentes específicamente diseñadas para sus ojos…, de forma que al quitárselas por la mañana verán bien durante todo el día, sin la necesidad de usar gafas o lentillas”.
el óptico debe informar debidamente al paciente sobre el funcionamiento del tratamiento
Para utilizar la ortoqueratología, el óptico-optometrista debe informar debidamente al paciente sobre el funcionamiento del tratamiento, concretamente en lo que se refiere a su reversibilidad. “Si la adaptación llega a buen puerto, el paciente verá bien durante todo el día, todos los días, siempre y cuando duerma con las lentes de contacto todas las noches”, ha dicho Pérez.
Luego, los ópticos-optometristas deben validar si el paciente es apto para esta adaptación realizando diferentes pruebas: topografía corneal (forma de la córnea), medidas del diámetro corneal y pupilar y anamnesis (hábitos, trabajo, hobbies del paciente…). Si el resultado es positivo, el profesional podrá diseñar unas lentes orto-k a partir de la topografía corneal y la refracción a tratar.
Con la lente en el ojo, el especialista valorará el fluorograma, una prueba esencial a la hora de adaptar lentes de contacto, que debe cumplir una serie de requisitos para que el paciente pueda empezar a dormir con la lente.
Con la lente en el ojo, el especialista valorará el fluorograma, una prueba esencial a la hora de adaptar lentes de contacto
Joan Pérez ha precisado que, tras el uso de las lentes, se debe comprobar mediante la topografía corneal el efecto que estas realizan en la córnea durante el porte nocturno.
“Si la córnea no tiene alteraciones, si la graduación va disminuyendo y si la agudeza visual sin corrección va aumentando, quiere decir que las lentes son correctas”. En cambio, si la córnea tiene alguna alteración, o la graduación o visión no mejora, habrá que ajustar el diseño o parámetros de la lente a partir de los resultados topográficos y del fluorograma inicial.
En la actualidad, la orto-k se ha consolidado como una técnica para intentar frenar el aumento de la miopía en los niños. En función de la graduación que tenga el paciente, se tardará más o menos en conseguir ver bien durante todo el día, aunque Pérez considera que el tiempo medio oscila entre los diez días y las dos semanas.
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