El uso de audífonos para tratar la pérdida auditiva puede retrasar la aparición de enfermedades graves y trastornos como la demencia, la depresión o la ansiedad, según una investigación impulsada por Oticon.
El uso de audífonos para tratar la sordera reduce los riesgos de padecer Alzheimer y depresión, según Oticon
De hecho, el estudio ha revelado datos que sugieren que las personas mayores que utilizan audífonos durante un lapso de tres años reducen el riesgo de padecer Alzheimer en un 17%, y depresión en un 14%.
En los últimos cinco años, ha explicado Oticon, ha habido avances significativos en la comprensión de las consecuencias fisiológicas de la pérdida auditiva. La mayoría de las personas asocia a la pérdida auditiva con sus oídos, sin darse cuenta de que su cerebro es, en realidad, la herramienta principal para la audición, porque procesa el sonido y lo convierte en información útil.
El cerebro es la principal herramienta para la audición, porque procesa el sonido y lo convierte en información útil
Una pérdida auditiva en una persona le niega al cerebro la imagen de sonido completa, con lo cual, tiene que hacer un esfuerzo considerable para compensar esa falencia, aprovechando los recursos que deberían usarse para otras funciones, como la creación de recuerdos.
Así –siempre de acuerdo con la información facilitada por Oticon, los investigadores de todo el mundo están demostrando que la pérdida auditiva está asociada con un mayor riesgo de depresión y afecciones cognitivas graves, incluida la demencia.
Al respecto, Thomas Behrens, jefe de audiología de Oticon, ha dicho que una persona con problemas de audición no solucionados somete a su cerebro a un esfuerzo adicional que puede acelerar el proceso natural de envejecimiento.
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