El poder los prismas oftálmicos de bajo valor

El poder de los prismas oftálmicos de bajo valor es mucho mayor de lo que parece.

Los efectos prismáticos por descentrado de las lentes pueden representar la diferencia entre tolerar mejor o peor una graduación. Pequeños cambios de centrado controlados, destinados a reducir el recorrido vergencial en pequeñas heteroforias, son la guinda del buen pastel.

Los prismas de fabricación, en heteroforias de mayor valor, se siguen planteando como de ayuda a la fusión, pero más contundentes a mayor disfunción y a menor capacidad de compensación; por esa razón, son especialmente útiles en las disfunciones binoculares no estrábicas significativas, o para ser estrictos en las “habitualmente no estrábicas”, ya que las heteroforias altas pueden romper en heterotropías si las reservas fusionales bajan la guardia.

Las fórmulas de cálculo de las ayudas prismáticas, a partir de las medidas, son solo referenciales porque no tienen en cuenta la fuerza de las reservas fusionales.

A menudo, valores más bajos de los que sobre el papel serían necesarios, son suficientes para estimular la vergencias de manera estable y cómoda.

Una forma de imaginar el efecto de los prismas sobre el desplazamiento del espacio percibido es recurrir a la analogía con otras lentes que nos serán más familiares. Ninguno de nosotros afirmaríamos que una lente de 2 D no afecta al sistema: imaginemos un conductor miope de -2.00 D o un informático hipermétrope de +2 D a los que les dijéramos que estas dos dioptrías les ayudan bien poco.

Una lente de 2 D permite acercar (-) o alejar (+) la imagen 50 cm respecto a los ojos, por lo que resulta muy evidente su efecto.

Si pasamos a los prismas, podemos pensar que este mismo valor en dioptrías prismáticas (2 DPm), repartidas en ambos ojos (1 DPm+ 1 DPm) , sería un valor despreciable. Sin embargo, igual que una lente de 1 D aleja o acerca la imagen a 1 m (eje z), un prisma la desplaza en el plano perpendicular al mismo (xy) 1 cm a la distancia de 1 metro por ojo, con lo que en conjunto es como si la desplazara 2 cm.

En una insuficiencia de convergencia de 10 DPm con unas reservas fusionales modestas, en la que los ojos han de hacer un esfuerzo equivalente a 10 cm a 1 metro (simplificando por pedagogía), reducir el recorrido de compensación en 2 cm a 1 metro (proporción) puede ser suficiente para estimular la convergencia, añadiendo a la sensación de mejora una terapia “pasiva” que acerca la zanahoria a los ojos para que la recojan.

Los efectos prismáticos inducidos y los prismas de ayuda a la fusión de valor pequeño o moderado, por tanto, pueden ser determinantes en heteroforias leves con bajas reservas de fusión y en algo más elevadas con reservas no tan escasas.

Como sucede con las bajas adiciones en las disfunciones acomodativas, las bajas ayudas prismáticas en las binoculares, sean por descentrado o por fabricación, son un excelente recurso para ir más allá de la pura y dura refracción monocular.