El 30% de los niños recibe su primera tablet a los cuatro años

El porcentaje sube conforme avanzan los años. Así, el 54% de los niños ya ha obtenido algún obsequio navideño con pantalla a los seis años, un 61% a los ocho años, un 77% a los diez y,  ya alcanzados los doce, un 93%.

Cabe destacar que, a escala autonómica, los menores en Aragón son los que reciben antes, a los 7 años, un aparato tecnológico como regalo navideño, siendo los cántabros los que, por el contrario, los reciben a una edad más tardía, casi a los diez.    

En la actualidad, 50% de los menores españoles ha incluido en su wishlist de regalos un dispositivo con pantalla, siendo los menores asturianos los que más lo han hecho (54%) mientras que, los baleares los que menos (27%).

El 50% de los menores españoles ha incluido en su ‘wishlist’de regalos un dispositivo con pantalla

Normalmente, estas peticiones suelen empezar a los siete años de edad. Sin embargo, esta cifra contrasta con la edad a la que los padres consideran que sus hijos estarían listos para recibir estos obsequios en Navidad, que es casi a los once años.

Pero, ¿de dónde sacan los niños la idea de los regalos que luego piden en estas festividades? Pues, según sus padres, en primer lugar, de sus amigos (78%), de lo que les rodea en el colegio (56%) y de lo que oyen y ven en televisión (48%).

A pesar de que son los padres los que compran los juguetes, el 88% de ellos ha expresado su inquietud por el tiempo que sus hijos pasan  delante de una pantalla.

En este sentido, nueve de cada diez padres encuestados (93%) se ha mostrado partidario de limitar de alguna manera el uso de los menores de los dispositivos con pantalla. Como forma de supervisión, de este porcentaje, un 91% lo limitaría haciendo que lo usen menos horas, un 83% que los usen para acceder a ciertos contenidos y un 63% cree que solo los deberían utilizar cuando ellos están presentes.

De las tres horas de media que los niños están delante de una pantalla, los padres encuestados consideran que debería reducirse a la mitad en los días laborables y no llegar a las tres horas los fines de semana, pasando a considerar otras alternativas de ocio relacionadas con estar jugando o al aire libre.