Cómo atraer y fidelizar talento en las ópticas

Si queremos revertir esta situación, es necesario un cambio urgente de paradigma y una apertura de miras hacia las demandas de las nuevas generaciones.

Hoy hablamos de aspectos tan básicos como el derecho a espacios dignos para su descanso y necesidades diarias, ahondando también en temas más complejos como son la eficacia operativa, el liderazgo, la comunicación interna y las políticas de beneficios para atraer nuevos candidatos y mejorar el bienestar de nuestros trabajadores actuales.

Una asignatura pendiente: la distribución y acondicionamiento de los espacios

Es común encontrar ópticas cuidadosamente diseñadas para ofrecer una buena experiencia a sus clientes, con espacios amplios, iluminación agradable y detalles que invitan a la compra.

Sin embargo, en la trastienda, el panorama puede llegar a ser muy diferente:

• Espacios reducidos y sin privacidad para cambios de turno o descansos.
• Es difícil encontrar una sala privada donde puedan desconectar unos minutos.
• Carecen de instalaciones y los materiales necesarios para almorzar.
• Pasan frío o calor porque la climatización no es adecuada.

Es decir, los empleados deben soportar condiciones que afectan a su comodidad, lo que repercute directamente en su motivación y compromiso con la empresa.

Incoherencias operativas: la ineficiencia en la atención al cliente

No solo el diseño de los espacios empeora la experiencia del trabajador, también lo hace la operativa cotidiana.

En el sector óptico, es frecuente que los empleados deban lidiar con procesos poco eficientes que ralentizan su trabajo y generan frustración:

• Un ERP inaccesible vía web, lo que impide una gestión más ágil.
• Procesos manuales o duplicados que podrían optimizarse con tecnología.
• Ordenadores antiguos que tardan en procesar la información.
• Puntos de venta sin ordenador, lo que fomenta una atención prolongada de pie desde el mostrador.

Un entorno de trabajo optimizado no solo reduce la carga de trabajo innecesaria, sino que también mejora la percepción del empleado sobre la empresa y su trabajo diario.

Invirtiendo en estos detalles, ganamos por partida doble pues el uso de las herramientas adecuadas mejora el desempeño interno y también repercute en la grata experiencia del cliente.

Un liderazgo limitado: el principal obstáculo del pequeño empresario

En nuestro sector es muy habitual ver a un óptico al frente de su propio establecimiento, pues el autoempleo es una opción muy válida y elegida por muchos. Y también es común contratar a uno o dos empleados cuando la facturación empieza a crecer.

Es aquí donde está la mayor área de mejora. Encontramos empresarios que no saben delegar e interrumpen la argumentación de sus empleados con los clientes, desautorizándolos y minando su seguridad.

Su falta de confianza en el equipo genera un ambiente de tensión constante, donde los empleados se sienten fiscalizados en cada acción. Además, muchos están pendientes de cada pequeño detalle y convierten cada error en una tragedia.

Este tipo de gestión no solo desmotiva, sino que también impulsa la rotación del personal, alejando a buenos profesionales que buscan un ambiente de trabajo saludable y con mayor autonomía.

La comunicación interna: el sistema circulatorio de la empresa

Cuando la información no fluye se nota porque surgen malentendidos, conflictos entre los compañeros o incluso feedback incorrecto hacia los clientes.

Esta desinformación en ocasiones se origina por la falta de formación o porque esta formación se traslada de viva voz, sin ninguna documentación que permita ojear más detalles o consultar alguna duda después.

De ahí que la comunicación sea esencial para contar con un equipo cohesionado y para conseguir un clima laboral ejemplar.

Además, las personas necesitamos saber que nuestro trabajo vale para algo, que aportamos valor y que somos una pieza importante para la empresa.

Por este motivo, un ambiente en el que los empleados se sientan valorados, comprendidos y apoyados no solo aumenta su satisfacción, sino que también mejora su rendimiento y su lealtad a la empresa.

Claves para fidelizar a nuestros equipos de trabajo

Si el día a día de nuestros empleados es cómodo para ellos, están bien liderados y las relaciones interpersonales son sanas, estaremos construyendo los cimientos básicos para obtener un buen clima laboral y su compromiso.

Y cuando estos aspectos estén solucionados, entonces podremos implementar una buena política de beneficios e incentivos con el objetivo de fidelizarles.

En el sector óptico, donde cuesta encontrar profesionales para trabajar en óptica, debemos hacer el mercado laboral más atractivo mejorando nuestra propuesta de valor.

Por ejemplo, ¿qué pasaría si…?

• Hacemos regalos o premios según su antigüedad en la empresa.
• Ofrecemos descuentos por la compra de nuestros productos.
• Damos días libres o vacaciones extra en periodos de baja facturación.
• Trabajamos en horario continuado (no partido) y cerramos los sábados.
• Pagamos incentivos por buen desempeño.

Las empresas que entienden la importancia de cuidar a sus empleados construyen equipos comprometidos, motivados y con menor rotación. Por tanto, debemos repensar nuestros espacios y nuestras operativas para que los trabajadores encuentren razones para quedarse.
En un sector donde la captación de talento es un reto, invertir en el bienestar deja de ser una opción y se convierte en una necesidad estratégica.