Cinco años del confinamiento

Y así, de golpe y sopetón, se vino el confinamiento. Fue en un abrir y cerrar de ojos. La distopia se convirtió en realidad, en una situación tan dura e intensa cuyo trasfondo eran las calles vacías y la ‘banda sonora’ las informaciones de los telediarios, radios y periódicos, que más parecían partes de guerra, en los que se daba cuenta de los caídos en batalla.

Ramón García, que por aquellos tiempos trabajaba en General Óptica, recuerda el momento y el shock que ese momento representó para todos. “En mi caso, tuve la fortuna de vivirlo en compañía de mi familia, en una pequeña finca que hizo la experiencia más llevadera y, afortunadamente, sin problemas de salud”.

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En cambio Irene Martínez Lago, que en la actualidad forma parte de la plantilla de Óptica Visus en Ferrol, pasó los primeros días del confinamiento con angustia. “Después me fui relajando y esperando que la cosa se fuese calmando. Aproveché para leer y aprender cosas nuevas”.

De hecho, la incertidumbre fue una de las tónicas generales del confinamiento: al principio, por ejemplo, no se sabía con exactitud el papel que debía cumplir las ópticas hasta que el 31 de marzo de 2020, el Ministerio de Sanidad emitió la Orden SND/310/2020 en la que se consignaba que las ópticas y los establecimiento de audioprótesis debía prestar servicios esenciales.

Tras la orden las ópticas comenzaron a atender por turnos. Juan Francisco Alcaide recuerda que fue el único óptico de su empresa que no se fue al ERTE. “Abrimos a media jornada y las ventas prácticamente fueron cero”.

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Pero no todos recibieron la noticia del confinamiento con angustia, Fátima Martínez, óptico-optometrista de Oftalvist, vivió esos momentos de manera tranquila. “Tuve la suerte de que la clínica oftalmológica en la que trabajaba siguió funcionando, atendiendo especialmente urgencias, por lo que todos los días salía de casa para ir al trabajo”

“Se dividió la jornada en tres, de forma que no coincidíamos entre compañeros para evitar contagios. Trabajábamos tres horas diarias y nos hacíamos test continuamente”.

Sin embargo, la pandemia también cambió la vida de mucha gente. “De todas las lecciones que me dejó aquella etapa, en mi caso la más valiosa fue descubrir el enorme potencial del entorno digital que me permitió llegar a muchas más personas y aportar mucho más valor del que jamás hubiera imaginado en mi trabajo presencial. Fue determinante el darme cuenta de que podía llegar a gente de todo el mundo sin salir de casa”, dice Ramón García, tras enfatizar que esa experiencia marcó un punto de inflexión en su vida. “Un año después, tomé una decisión crucial: dedicarme por completo a la divulgación y a proyectos digitales dentro del sector óptico”.

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A Juan Francisco Alcaide, la pandemia y el confinamiento le ayudaron a pensar y a perder el miedo a tomar decisiones difíciles. En efecto, no solo dejó el trabajo que tenía, sino que cambió de ciudad y emprendió. En 2022, fundó Goal Óptica y Audición S, que en la actualidad cuenta con dos ópticas en la ciudad de Valencia.

Cinco años después del inicio del confinamiento, la covid sigue en nuestras vidas, aunque ya no tiene nada que ver con ese virus que llenó de dolor muchos hogares: en España se llevó la vida a más de 92.000 personas, según las cifras oficiales.

De vez en cuando, alguien suele acordarse de que todos salíamos al balcón a las 20:00 para aplaudir a los sanitarios…