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Nuevo paradigma: probióticos oculares para tratar el ojo seco y conjuntivitis crónica

En los próximos años podríamos ver cómo los probióticos no solo se utilizan para la salud digestiva, sino también para los ojos

FOTO: Getty Images vía Unsplash

Por Redacción - 16/12/2025

Miranza avizora un cambio de paradigma en el tratamiento del ojo seco o la conjuntivitis crónica. El grupo ha informado de que en la actualidad se está investigando el uso de determinados probióticos para reforzar las defensas locales, modular la microbiota ocular y reducir la inflamación crónica.

“En los próximos años podríamos ver cómo los probióticos no solo se utilizan para la salud digestiva, sino también para los ojos”, explica Álvaro Martín, especialista de Miranza Instituto Gómez-Ulla.

“Aunque todavía es un campo en desarrollo, no es descabellado pensar en colirios probióticos o tratamientos tópicos con bacterias beneficiosas diseñadas específicamente para prevenir o tratar enfermedades oculares”, añade el oftalmólogo. “Estamos ante un cambio de paradigma, en el que el objetivo es recuperar una microbiota ocular funcional que contribuya activamente al bienestar visual”.

El Grupo Miranza ha explicado que investigaciones recientes ponen de manifiesto que mantener el equilibrio de la microbiota ocular —el conjunto de microorganismos que habita en la superficie del ojo— es clave para preservar la salud visual. Cuando esta comunidad se altera, el ojo pierde parte de su defensa natural, lo que puede derivar en síntomas como sequedad, escozor, irritación o incluso infecciones recurrentes.

“Durante años hemos tratado estos problemas con antibióticos o colirios antiinflamatorios, pero ahora sabemos que alterar el equilibrio natural del microbioma puede tener consecuencias a largo plazo”, señalan los especialistas del grupo.

Factores como la contaminación ambiental, el uso excesivo de colirios antibióticos o los cambios hormonales pueden modificar la composición del microbioma ocular, favoreciendo la desaparición de bacterias beneficiosas y el crecimiento de otras menos deseables.

Los estudios más recientes muestran que, en pacientes con ojo seco, la microbiota ocular suele estar menos equilibrada, lo que contribuye a la inflamación y a la sensación persistente de sequedad o cuerpo extraño. Esta alteración se relaciona con frecuencia con la presencia de Demodex, un parásito que forma parte de la microbiota ocular y que puede afectar a la superficie del ojo y a las glándulas de Meibomio, responsables de la lubricación ocular. Esta disfunción puede provocar cambios en la secreción lipídica, inflamación del borde palpebral y empeoramiento del ojo seco.

En el caso de la conjuntivitis crónica, diversos trabajos científicos han evidenciado una disminución de la diversidad bacteriana en la superficie ocular. Esta situación de disbiosis compromete la función protectora natural del microbioma y facilita la colonización persistente por bacterias patógenas o resistentes.

Tradicionalmente, el abordaje terapéutico de estas patologías se ha basado en antibióticos y antiinflamatorios. Sin embargo, este enfoque puede agravar el desequilibrio microbiano. “Hoy sabemos que no se trata de eliminar todas las bacterias, sino de modular su composición para recuperar un ecosistema saludable”, destacan desde Miranza.

El avance de las tecnologías de secuenciación genética permite analizar con precisión el microbioma ocular y detectar desequilibrios que antes pasaban desapercibidos, abriendo la puerta a tratamientos más personalizados.

Etiquetas: Miranza Ojo seco
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