La miopía ya viste el traje de la pandemia, sobre todo por su incidencia entre la población joven, compuesta de millones de nativos digitales. Ese es el mensaje que traslució en la sesión plenaria Gestión clínica de la miopía infantil y juvenil realizada el 2 de abril en Optom.
Los nativos digitales, nacidos entre 2002 y el 2021, son ya la generación con la mayor tasa de miopes
En la sesión participaron César Villa Collar, PhD óptico-optometrista, en calidad de moderador, junto con Francisco Javier Hurtado Ceña, médico oftalmólogo y PhD, y los ópticos-optometristas Cristina Álvarez Peregrina PhD, Laura Batres Valderas, PhD y José M. González Méijome, PhD.
Los ponentes -según un resumen de su intervención publicado en la web de Optom– coincidieron en que en la salud visual de la población noven se ha visto afectada en los últimos años por los cambios sociales y tecnológicos que se están produciendo.
De hecho, los nativos digitales, nacidos entre 2002 y el 2021, son ya la generación con la mayor tasa de miopes en comparación con generaciones anteriores, de tal manera que más del 50% de la población es o será miope.
En la actualidad, la miopía infantil tiene una prevalencia del 30% al 40% y, de acuerdo con las estimaciones de los expertos, llegará al 60% en los próximos años, con los riesgos para la salud visual que supone cuando la miopía alcanza determinados valores.
Los expertos han coincidido en que el crecimiento de la miopía tiene una relación directa con los nuevos hábitos de estudio y trabajo, lo que “ha incrementado significativamente las horas que pasamos utilizando la visión próxima en detrimento de la visión lejana”.
En la actualidad, la miopía infantil tiene una prevalencia del 30% al 40%
Si a todo esto sumamos el impacto que han tenido para la salud visual los confinamientos registrados por la crisis sanitaria provocada por la covid, la conclusión es que la miopía, y en concreto la miopía infantil y juvenil, se convertirá en “una pandemia imparable”.
En los últimos años han aumentado considerablemente las opciones posibles que el óptico optometrista y/o el oftalmólogo tiene para tratar de ralentizar la evolución de la miopía. “Hoy en día se dispone de fármacos (como la atropina), así como lentes oftálmicas y lentes de contacto (ortoqueratología nocturna y blandas multifocales) para tales fines, pero esa mayor disponibilidad de opciones también produce, en muchas ocasiones, más incertidumbre en lo que se refiere a qué solución elegir y en qué momento”, explicó César Villa Collar, el coordinador de esta mesa de debate.
Los especialistas también dieron a conocer a los congresistas las técnicas de manejo de la evolución de la miopía y cómo y cuándo recomendarlas en el niño y adolescente. De hecho, lanzaron un mensaje claro a los asistentes al congreso: los tratamientos actuales “no quitan dioptrías de miopía”, sino que actúan ralentizando su progresión. Y ya que no podemos “quitar dioptrías” de miopía, pero sí frenar su progresión, es fundamental iniciar precozmente estos tratamientos.
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