El vínculo de Carmen de la Fuente con la óptica empezó en 1989 como directora de formación de Óptica Salas. Sin embargo, su vínculo con la literatura, y de manera particular con la poesía, se remonta a su adolescencia.
Carmen de la Fuente: “Que nadie permita que le roben la felicidad más tiempo del imprescindible”
Carmen de la Fuente, directora comercial de Wivi Visión, ha publicado «El problema de las moscas (cibernéticas)», una novela escrita en formato de poesía catártica, en la que aborda temas muy actuales, con un profundo trasfondo social
Carmen de la Fuente, directora comercial de Wivi Visión, ha publicado El problema de las moscas (cibernéticas), “una novela escrita en formato de poesía catártica”, en la que aborda temas muy actuales, con un profundo trasfondo social.
Pregunta: ¿Es el primer libro que escribes? ¿Si no es así, cuáles son los anteriores?
Respuesta: En realidad, este es el primer libro que me publican. Anteriormente autopubliqué EPSE (El Plan Sin Expectativas) que fue un regalo de aniversario para mi marido. También, en 2023, cuando quedé finalista del Premio Internacional de Poesía Jovellanos El mejor poema del mundo, mi poema Després de la tempesta, Kintsugi aparece publicado en el recopilatorio del premio de ese año. Y tengo más poemarios escritos que tal vez algún día verán la luz.
P. ¿Cuál fue la inspiración principal para escribir El problema de las moscas (cibernéticas)?
R. El problema de les mosques (cibernètiques) en realidad es una novela, basada en hechos reales, escrita en formato de poesía catártica que intenta ordenar y filtrar emociones tóxicas fruto del acoso cibernético al que la protagonista estuvo sometida durante más de un año.
P. ¿Cómo conectas la poesía con temas tan actuales como la ciberdelincuencia y los tóxicos?
R. En 2018 mi madre encontró una libreta de poemas escritos por mí cuando era adolescente y recobré la consciencia de la maravilla que representa pasar la vida por el tamiz de la poesía.
La poesía es una herramienta muy potente con infinitas utilidades. Una de ellas es la capacidad de condesar en un solo verso toda una historia. En este caso, al haber una investigación policial abierta detrás, la historia no puede ser contada abiertamente, pero permite al lector poder adivinarla. Otra de las utilidades que tiene la poesía es la denuncia y esta es la razón que me ha llevado a publicar el poemario. La justicia siempre va más lenta que los delitos. No estamos protegidos ante la ciberdelincuencia, estamos absolutamente expuestos en el momento en que alguien nos pone en su punto de mira, como en el caso de la protagonista.
Los investigadores solo saben decirte que es muy difícil de demostrar todo. Y me pregunto: ¿Quién restaura el dolor de la persona que ha sufrido el acoso? El poema Que ho faci la justicia es un clamor a la protección y a que se pongan los medios para ello. Y añadiría: vigila a quien dejas tu ordenador o el móvil o a quien le das tu clave de WIFI…
P. ¿De qué otros temas hablas en el libro?
R. Otro tema que trata el libro son los riesgos y consecuencias del consumo de tóxicos. Me estremece la tolerancia y aceptación social que hay al respecto. Puede que haya quien se autoengañe porque realiza un consumo ocasional, pero la realidad es que hay personas que acaban siendo esclavas de su consumo. En el libro les llamo zombis. Un zombi es un ser sin voluntad ni habla, capaz únicamente de realizar movimientos automáticos, que ha muerto y por tanto no tiene sentimientos ni conciencia.
Algunos supuestos amigos de niñez de la protagonista que ahora son “zombis”, fueron parte implicada en el acoso, seguramente a cambio de algunas rayas gratis. Todo ello, sumando aún más dolor, porque con el acoso se le pusieron en la cabeza, pero el descubrimiento le rompió el corazón.
Dentro de los muchos temas de denuncia también están los estigmas sociales en torno a la salud mental. Un estigma es una herramienta social para marcar los límites de la normalidad social. Pero no podemos hablar de anormalidad si hablamos de salud mental cuando en España el 27,4% de las personas asignadas a atención primaria presenta problemas psicológicos. En España, en 2023 se suicidaron 11 personas cada día, una tasa que no deja de crecer año tras año. Debemos empezar a normalizar y poner medios de ayuda.
La protagonista hace años tuvo problemas de los que salió airosa pero sus antecedentes fueron determinantes para que nadie la creyera.
P. ¿Por qué escogiste la metáfora de las «moscas» para abordar estos temas?
R. El libro está plagado de simbolismos porque narra una historia que no puede ser contada abiertamente. Las moscas son precisamente un elemento simbólico que ubica geográficamente donde ocurrieron los hechos. Y hasta aquí puedo leer.
P. ¿Cuál es el mensaje principal que esperas que los lectores reciban?
R. Que la vida te pone delante circunstancias que no podemos controlar, pero sí podemos coger el control de los que hacemos con ellas y, en este caso, esconder el dolor debajo de la alfombra no es una opción por barajar. Que nadie permita que le roben la felicidad más tiempo del imprescindible, el justo para ordenar y continuar.
P. ¿Cómo fue tu proceso de escritura por este poemario?
R. Catártico. Cuando vives un hecho traumático la catarsis es necesaria. Es necesario exteriorizar los contenidos mentales vinculados a situaciones traumáticas en vez de reprimirlos. Hay que limpiar las emociones tóxicas porque al primero que envenenan es a ti mismo. Se trata simplemente de ecología personal. Como apunta la filósofa Mariana Alessandri, las emociones negativas también son importantes y aportan una perspectiva más completa y honesta sobre nuestra existencia.
Ante algo traumático es necesario pasar por el proceso de duelo: la incredulidad, la rabia, el desconsuelo, la pena… No debemos tener miedo a sentir, de lo que debemos tener miedo es a no sentir, a tapar las emociones… Porque un día pueden explotar. Este poemario pasa por todas estas emociones destripadas y en carne viva.
P. ¿Has tenido experiencias personales o cercanas que hayan influido en tu visión de los temas tratados?
R. Creo que con la lectura del libro se puede comprobar que no pretendo disimularlo. Bueno lectura o escucha, porque cada poema lleva asociado un código QR que permite escucharme recitando cada uno de ellos.
P. ¿Qué autores o poetas han influido en tu estilo y en este libro en particular?
R. Claro que me gustaría decir que tengo mi estilo propio, pero antes tendría que poder afirmar que tengo un estilo.
En este poemario me han acompañado Emily Dickinson, Blas Otero, Mario Benedetti y sin duda mi amigo Paco Granado. Paco aún no ha publicado, pero con él hace más de dos años que mantenemos correspondencia poética muy inspiradora por correo postal y como él diría: ¿No es todo esto maravilloso?
Además, no solo hay inspiración literaria. En el libro hay varias referencias cinematográficas y un guiño especial al gran Alfred Hitchcock con el uso de las espirales. También el cantautor Antonio Flores inspira un poema.
P. ¿Crees que la poesía puede ser una herramienta efectiva para concienciar sobre cuestiones como la ciberdelincuencia y los estigmas de enfermedades mentales?
R. Cualquier medio de comunicación que permita levantar la voz y hacer llegar el mensaje es buena, y mi mejor voz es la poesía.
P. ¿Cómo esperas que este libro contribuya al debate social sobre estas cuestiones?
R. Muchas veces nos incomoda tratar temas complejos. Las vidas que llevamos son complejas y a menudo solo buscamos aligerarlas y no nos apetece debatir en profundidad temas peliagudos. ¿Pero en qué sociedad vivimos que normalizamos el consumo de tóxicos (enfermando a muchas personas) y estigmatizamos a las personas que sufren un trastorno mental en vez de solidarizarnos con ellas y contribuir a forjar su resiliencia? ¿Qué clase de justicia es la que te pueden poner una multa de cientos de miles de euros por compartir un teléfono de tu base de datos y no se castiga a quien te roba la vida entrando en tu ordenador, móvil, tableta…?
Denuncias como el caso Pelicot, como el movimiento Me Too, son ejemplos de que hay que denunciar públicamente y alzar la voz contra las injusticias. Como bien dijo la Sra. Pelicot ella no tiene que avergonzarse, son sus violadores que tienen que hacerlo.
P. ¿Qué te llevó a explorar temas sociales y digitales a través de la poesía?
R. Quien me conoce sabe que toda mi vida he sido una activista ante las injusticias además de participar del mundo asociativo desde diferentes vertientes. Creo en las interacciones sistémicas entre individuo y colectivo y en que juntos somos más que la simple suma de las partes. Los temas digitales ya hace tiempo que son temas sociales y debemos tomar conciencia porque tenemos a la vuelta de la esquina un nuevo mundo que está cambiado las sociedades a ritmo vertiginoso.
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