El Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León (Coocyl) da un golpe en la mesa. El organismo ha exigido que los ópticos-optometristas de esa comunidad sean incluidos en la sanidad pública.
El Coocyl dice basta: exige la inclusión de los ópticos optometristas de Castilla y León en la sanidad pública
De hecho, en el Coocyl solo quieren que el gobierno de la Junta de Castilla y León haga lo mismo que han hecho en 11 comunidades autónomas, en la que los ópticos ya forman parte de la sanidad pública.
El Coocyl ha explicado que lleva años trasladando a la Consejería de Sanidad la importancia de incluir a estos profesionales sanitarios de la visión en la sanidad pública para garantizar una atención de calidad en la salud visual de los ciudadanos y, al tiempo, reducir las abultadas listas de espera que soportan los servicios de oftalmología de la comunidad.
La medida es ya una “urgente necesidad” en un sistema sanitario desbordado por la pandemia de covid-19
Ahora, considera que la medida es ya una “urgente necesidad” en un sistema sanitario que se ha visto desbordado por la pandemia de covid-19 “con unas estructuras obsoletas que no responden a las necesidades asistenciales actuales, en gran parte por la falta de los profesionales sanitarios adecuados y necesarios”.
En este contexto, Luis Ángel Merino, decano del Coocyl, iniciará una ronda de contactos con los partidos políticos que se presentan a las elecciones a las Cortes de Castilla y León, previstas para el domingo 13 de febrero, con el objetivo de hacerles llegar un completo informe con los motivos y beneficios que supondría la incorporación del óptico-optometrista en Salud Castilla y León (Sacyl).
Curiosamente, Castilla y León fue la primera comunidad autónoma de España en reconocer la categoría profesional sanitaria del óptico-optometrista en 2004, pero ahí se quedó. Sin embargo, en el resto de España son ya once territorios los que cuentan con ópticos- optometristas en su sistema autonómico de salud: Andalucía, Aragón, Baleares, Cataluña, Extremadura, La Rioja, Madrid, Murcia, Navarra, País Vasco y Valencia, donde trabajan unos 400 profesionales integrados en los servicios de Oftalmología contribuyendo a la mejora asistencial visual tanto en hospitales como en centros de salud.
Castilla y León fue la primera comunidad de España en reconocer la categoría profesional sanitaria del óptico-optometrista
“El papel de los ópticos es fundamental para descargar las listas de espera de primeras consultas con el especialista, e incluso para hacer seguimiento tras el tratamiento o la cirugía en el caso de algunas enfermedades. Por poner un ejemplo, una persona operada de cataratas podría graduarse la vista posteriormente con un óptico-optometrista adscrito al servicio de oftalmología”, ha remarcado Merino.
La situación de las listas de espera de oftalmología en Castilla y León avala también la necesidad de mejorar este servicio con la incorporación de nuevos especialistas al cuidado de la salud visual.
Según la última estadística oficial de la Consejería de Sanidad, a 30 de septiembre de 2021 había un total de 29.640 personas esperando una primera consulta en los servicios de Oftalmología de los diferentes hospitales de la comunidad, con una demora media de 109 días. Más de tres meses y medio de espera en una población con un elevado índice de envejecimiento y con patologías que, si no se tratan y se detectan a tiempo, pueden derivar en grave pérdida de la visión. Incluso hay provincias, como Soria, donde la situación es insostenible. La demora media se dispara a los 356 días.
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